El verbo hecho carne: enseñando el evangelio concretamente

Stephan Taeger

Stephan Taeger (taegers@ldschurch.org) es maestro de seminario en la escuela preparatoria de Spanish Fork, Utah.

Al compararlo con otras denominaciones cristianas, el evangelio restaurado enfatiza la función del cuerpo de manera singular. [1] Para los Santos de los Últimos Días, el obtener un cuerpo no es solamente una nota al pie de página en el plan de salvación; es algo fundamental para el propósito de la vida. José Smith enseñó: “Vinimos a este mundo con objeto de obtener un cuerpo y poder presentarlo puro ante Dios en el reino celestial. El gran plan de la felicidad consiste en tener un cuerpo.” [2]

Cuando los maestros de religión buscan enseñar eficazmente a sus alumnos, podría ser útil tener en mente las implicaciones de enseñar a estudiantes encarnados. El élder David A. Bednar ha dicho que “nuestro cuerpo físico hace posible que tengamos una amplitud, profundidad e intensidad de experiencia que sencillamente no podíamos obtener en nuestro estado preterrenal. ” [3] Uno de los aspectos fundamentales de esta “intensidad de experiencia” es su naturaleza concreta. En otras palabras, la participación en el mundo se caracteriza por las experiencias específicas en el tiempo y el espacio. Como lo explicó un profesor de predicación: “El simple hecho del asunto es que estamos buscando comunicarnos con personas cuyas experiencias son concretas. Todos viven inductivamente, no deductivamente. Ningún granjero se ocupa del reino del becerro, sólo del becerro. Ninguna mujer en la cocina se preocupa de las artes culinarias en general. sino con un asado o un pastel en particular. El ebanista no puede comentar inteligentemente sobre la ‘cualidad de ser una silla pero es un maestro para fabricar la silla.’” [4]

Enseñar con material concreto significa usar relatos, imágenes, lugares y nombres específicos, parábolas, y detalles y experiencias tomadas de la vida real y de las escrituras. Cuando un maestro[a] de religión desea enseñar concretamente, no adorna ocasionalmente el material de su lección con ilustraciones o un”buen relato,” sino que el material de la lección consiste principalmente de lo concreto.” [5] Sugerir que los maestros de religión deben enseñar concretamente no es proponer que sean preceptivos. El élder Dallin H. Oaks ha enseñado que los maestros del evangelio “deberían dejar de enseñar reglas y aplicaciones específicas.” [6] Más bien, el enseñar concretamente busca reflejar e ilustrar la experiencia diaria a la luz del evangelio. [7] Es algo descriptivo en vez de algo preceptivo. [8] En el resto del artículo sugeriré que los alumnos aprenden más eficazmente cuando la enseñanza y el aprendizaje del evangelio reflejan una experiencia concreta. Primero, comentaré el porqué el enseñar primordialmente con material concreto se alinea mejor con la forma en que los seres humanos aprenden e interactúan con el mundo. Al final de la primera sección, también explicaré brevemente la posibilidad de crear experiencias concretas “vicarias” en el salón de clases. En la segunda mitad del artículo, daré cuatro sugerencias prácticas para hacer más concreta la enseñanza del evangelio.

Las Ventajas de Enseñar y Aprender Concretamente

Aprender las reglas, ideas y principios generales abstractos juegan un papel vital para los alumnos (especialmente los principiantes) al ayudarles a identificar las características más importantes de una tarea de aprendizaje. [9] Por ejemplo, después de estudiar en el aula D y C 4: 6, un alumno de seminario puede aprender que es importante ser “humilde” al participar en la obra misional. De la infinita cantidad de posibilidades que alguien puede aprovechar, identificar el principio de la “humildad” le ayuda al alumno a priorizar cuáles atributos son más importantes al participar en la obra misional. Este principio puede ser aplicado a lo largo del tiempo a todos los seguidores de Jesucristo embarcados en la obra misional en cualquier circunstancia. Este tipo de valores, atributos y principios básicos sacados de las escrituras ayudan a los discípulos del Salvador a saber cuales aplicaciones son apropiadas en una variedad de situaciones diferentes.

Sin embargo, “a medida que el [alumno] competente se involucra más y más. . . . en sus tareas, se hace cada vez más difícil retraer y adoptar la postura del principiante de sólo seguir las reglas.” [10] El número de principios del evangelio que se pueden aplicar a las diferentes situaciones puede llegar a ser abrumador. La imagen de un estudiante de instituto que tiene una lista de valores memorizados para aplicarlos en la circunstancia correcta no encaja realmente en un cuadro matizado de lo que significa el vivir como agente encarnado en un mundo experiencial. Por supuesto, los principios del evangelio deben guiarnos en lo general, pero nada puede substituir las lecciones que aprendemos experiencial y concretamente en un cuerpo. A medida que practicamos el vivir estos principios, se pueden convertir en una parte de nuestra naturaleza fundamental y se manifiestan en comportamientos tácitos. Se ha descrito un proceso similar como “familiaridad encarnada” o “el cambio del aprendiz, de las aproximaciones auto-conscientes, relativamente desinformadas y no coordinadas, a una acción cada vez mas tersa, capaz y a menudo tácita; lo que hace que surja lo que podría pensarse como una familiaridad encarnada con cierta tarea o en una circunstancia dada.” [11]

Algunos se pueden preguntar como podría alguien sentir lo que es moralmente correcto sin primero pensar en los valores, las reglas o los principios. C. Terry Warner, explicó: “Lo que es defectuoso no es nuestra capacidad para discernir si estamos haciendo bien o mal, sino nuestra habilidad para formular reglas para hacerlo. Tengan en mente que no podemos formular reglas para hacer muchas de las cosas sencillas que hacemos diariamente, como levantar nuestro brazo, hablar, trabajar o recordar un nombre.” [12] Para muchas de las decisiones que hacemos, no podemos decir qué norma o principio del evangelio queda mejor en una situación, pero aún así podemos saber lo que es correcto. Como hijos de Dios estamos revestidos con la luz de Cristo y por tanto se nos ha dado la capacidad de discernir entre el bien y el mal como parte de nuestra naturaleza fundamental (ver Moroni 7: 16). También, quienes han recibido el don del Espíritu Santo pueden experimentar su guía, consuelo y protección constantes. Teniendo esos dones en mente, los principios y los valores del evangelio pueden actuar como guía y controlar nuestras intuiciones espirituales. Como lo enseñó el élder Neal A. Maxwell: “Las reglas son útiles. . . . pero solamente deben indicar en donde terminan los límites de la conciencia.” [13]

Todavía se debe hacer mucha investigación con respecto a los límites de aprender concretamente sin participar en las actividades de la “vida real,” Por ejemplo, ¿cuánto puede alguien aprender con respecto a la adoración apropiada en la reunión sacramental sin asistir a la iglesia? No obstante, los maestros del evangelio pueden ayudar a los alumnos a aprender tan concretamente como sea posible en los entornos que se les ofrecen. En el salón de clase, los alumnos pueden tener experiencias concretas “vicarias.” En un artículo que explora la relación entre la estética y la instrucción, Patrick Parrish dijo: “En las obras de arte, experimentamos vicariamente los eventos junto con el protagonista y somos llevados a una revelación similar.” [14] Al hablar sobre el poder de enseñar con relatos, (una de las muchas técnicas que se podrían considerar concretas), Ruth Aylett dijo: “El relato es un mecanismo específico mediante el cual puede crearse el mundo real en la imaginación de los alumnos para que tengan una existencia virtual en el aula.” [15] En este sentido, la enseñanza concreta no solamente refleja mejor la forma en que actúan los humanos en el mundo, sino que también hace más experiencial el material de la lección. Por tanto, las aulas proveen un entorno sin riesgos y de bajo costo para que los alumnos experimenten vicariamente las escrituras y aprendan la forma en que el evangelio funciona concretamente en su vida.

Sugerencias Prácticas para Enseñar Concretamente el Evangelio

Cuando los maestros toman en cuenta la importancia del aprendizaje de sus alumnos “en la carne” como agentes encarnados, pueden empezar a cuestionar su propia función. ¿Cómo pueden enseñar algo que no sea abstracto si lo hacen dentro de las paredes de un aula? Un maestro de las artes culinarias puede hornear un pastel durante la clase, pero un maestro de religión no puede practicar el arrepentimiento con los estudiantes. Algunos pueden sugerir tener más: actividades en el aula, oportunidades para representar personajes, u oportunidades específicas para aprender las técnicas para estudiar el evangelio. Estos tipos de actividades de aprendizaje pueden ayudar a los alumnos a practicar los principios que aprenden en la clase. Sin embargo, ya sea que aprenda en grupos o participe en una asignación escrita, el o ella sigue usando materiales que son principalmente de naturaleza abstracta. Por tanto, los maestros no deben cambiar el tipo de actividades externas que hacen con los estudiantes, más bien, deberían tratar de considerar hacer más concreto el contenido de lo que enseñan. A continuación hay algunas maneras prácticas en que los maestros pueden incorporar materiales concretos en sus lecciones.

Compartir los Detalles de las Escrituras

Las escrituras usan personas, eventos y culturas específicos para comunicar los principios del evangelio. Algunas veces existe la tentación de quitar los detalles de las escrituras a fin de poder enseñar los principios o las aplicaciones. [16] Sin embargo, si se ignoran los detalles del texto, se pierde el poder de enseñar lo concreto. El mezclar apropiadamente las experiencias concretas modernas y las experiencias concretas antiguas conecta a nuestro mundo con el mundo de las escrituras. Los maestros pueden entrar en dificultades cuando sacrifican los detalles de las escrituras para usar las aplicaciones modernas y viceversa. También, los alumnos probablemente vean las escrituras con mayor sentido cuando ven la palabra como un conjunto de material experencial en lugar de verlo como una colección de conceptos abstractos. Enseguida hay maneras en que los maestros del evangelio pueden enseñar concretamente las escrituras.

Biografía. Las personas son influenciadas profundamente cuando entran en contacto con otros seres inspiradores, aunque esas personas nos encuentren mediante las palabras de una página. C. Terry Warner explicó: “Al igual que el amor, la luz o la guía o la verdad que influye en nosotros existe solamente en forma viva, no en los principios o en las reglas o en las expectativas o en los consejos, aunque sean difundidos ampliamente.” [17] Al hablar de una idea semejante, el doctor Warner dijo: “[Estos] son seres visibles o invisibles, reales o ficticios, vivos o muertos. Quizá nos han respetado, nos han creído, posiblemente aconsejado. . . . Puede que los conozcamos personalmente o solamente hemos oído o leído de ellos.” [18] Como maestros de las escrituras, queremos que nuestros alumnos sean influenciados por las personas de las escrituras y finalmente por el Salvador. Como lo dijo James Ferrell: “La salvación no se encuentra en una frase, o en una cadena de frases, por profundas que sean. Más bien se halla en una persona—en el Mesías—que vino a la tierra para librarnos [del] pecado.” [19]

A fin de ayudar a los estudiantes para que sean influenciados por las personas en las escrituras, los maestros pueden poner en el frente de la mente de los alumnos los detalles de los individuos del texto. Enseñar los antecedentes, los rasgos del carácter, las aportaciones, y los puntos biográficos clave de la gente en las escrituras ayuda a los estudiantes a identificarse con una persona concreta y no solamente con las ideas. Grant Hardy ofreció un ejemplo particularmente conmovedor de ésta técnica al hablar de Zeniff. Hardy escribe que Zeniff “se resiste a la categorización fácil. Básicamente es un hombre decente, pero a pesar de sus buenas intenciones, casi todo lo que intenta termina en desastre. . . . Su estado indeterminado moralmente, junto con la auto reflexión que lo lleva a escribir sinceramente acerca de sus errores y debilidades, lo convierte, al menos de acuerdo a las sensibilidades modernas, en una de las personalidades más intrigantes en el Libro de Mormón.” [20]

Aprender acerca de personas específicas puede tener un efecto poderoso en los alumnos. Al hablar de una maestra que influyó grandemente en él cuando era niño, el Presidente Thomas S. Monson dijo: “Traía a nuestro salón de clases como invitados de honor a Moisés, Josué, Pedro, Tomás, Pablo y, claro está, a Cristo; y, aunque no los veíamos, aprendimos a amarlos, a honrarlos y a emularlos.[21]

Detalles Históricos. En Doctrina y Convenios 94: 10-11 el Señor mandó que los Santos en Kirtland, Ohio, construyeran una imprenta. La revelación dice: “Y además, de cierto os digo, se me dedicará el segundo solar hacia el sur a fin de que se me edifique una casa para el trabajo de imprimir la traducción de mis Escrituras y cualquiera otra cosa que os mande. Y el salón interior será de cincuenta y cinco pies de ancho por sesenta y cinco pies de largo, y habrá un salón abajo y otro arriba.” Al enseñar estos versículos un maestro(a) puede de inmediato tratar de saltarse los detalles porque puede pensar que este tipo de detalles no les interese a los alumnos. O alguien puede ir más allá de una explicación aceptable de estos versículos y encontrar “significados ocultos” en los números usados en las dimensiones (por ejemplo, lo que representan los números en hebreo). Ambos enfoques pierden el poder de enseñar las escrituras concretamente. Al ayudar brevemente a los alumnos a visualizar las dimensiones de este edificio (mas o menos dos tercios de la longitud de una cancha de baloncesto), los maestros pueden animar a los alumnos a conectarlo a sus experiencias. O, usando otro ejemplo, más que sobre enfatizar los significados “alegóricos” del vino y el aceite que usó el Buen Samaritano, quizás el mencionar simplemente estos detalles específicos de la parábola pueda ayudar a crear el efecto original que se deseó que tuviera este relato. Si uno omite estos detalles y se enfoca principalmente en las palabras, ideas y términos abstractos, no se puede experimentar la historia. Como lo enseñó Fred Craddock “No queremos extraviarnos en todas esas palabras largas que terminan en ‘dad,’ ‘mía,’ ‘tud’: responsabilidad, mayordomía, rectitud y todas esas palabras similares. Debemos usarlas un poco, pero. . . . ¿las puedo probar, oler, ver y sentir?” [22] Existe una gran diferencia entre “sacad la mejor ropa y vestidle; y poned un anillo en su mano y sandalias en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta” (Lucas 15: 22-23) y la frase suave: “tuvieron una fiesta.”

Geografía. En alguna literatura han creado mapas muy elaborados y los autores los han usado a fin de causar un efecto poderoso en el lector. Estos “mapas estimulan la imaginación del lector y lo preparan para visualizar, desde la perspectiva de ‘ojo de pájaro,’ el espacio producido en la narración; esto. . . . le permite al lector moverse en el espacio-tiempo continuo de la narrativa.” [23] En otras palabras, el “mundo” de la narrativa se vuelve más concreto y experiencial cuando el lector tiene un fuerte sentido de su geografía.

Al enseñar las escrituras, mencionar rápidamente los detalles relevantes de la geografía ayuda a orientar al alumno al mundo concreto del texto antiguo. Por ejemplo, al saber que José y María viajan en una dirección sur-sureste de Nazaret a Belén y luego saber que Belén está al sur de Jerusalén ayuda a que la historia de la Navidad se haga mas vívida en la mente de los alumnos. Estas pequeñas referencias se explican en poco tiempo, pero aún así pueden hacer que el aprender las escrituras sea una experiencia substancialmente más concreta.

Parábolas, Metáforas e Imágenes Verbales

Se ha dicho mucho acerca de la enseñanza del evangelio y el valor de los relatos. Algunos de los maestros más poderosos en esta dispensación también han tenido le habilidad de contar historias efectivas. Aunque hay algunos peligros asociados con el confiar demasiado en un método, es muy fácil ver cómo capta la atención un relato y hace más concreto al evangelio. Algunos maestros quisieran usar más relatos, pero creen que no siempre pueden pensar en suficientes historias o están preocupados justificadamente por algunos de los otros peligros asociados con contarlas. Quienes tengan estas preocupaciones, quizá quieran considerar el usar más parábolas, metáforas e imágenes verbales al enseñar. Estas técnicas pueden crear una respuesta muy similar a los relatos sin depender demasiado en una sola técnica.

Parábolas. “Una parábola es un símil o metáfora extendida. Es un relato corto que usa caracteres, condiciones y costumbres conocidas para enseñar un punto o una lección.” [24] Cuando se narran eficazmente, vale la pena compartirlas más que solamente declarar el concepto, porque ayudan a los alumnos a descubrir las verdades concretas del evangelio. Como el erudito del Nuevo Testamento C. H. Dodd lo explicó: “ [Las parábolas] son la expresión natural de una mente que ve la verdad en retratos concretos en vez de concebirla en abstracciones. . . .Por tanto en vez de decir ‘la beneficencia no debe ser ostentosa,’ [Jesús] dice: ‘cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta’; en lugar de decir ‘la riqueza es un obstáculo grave para la verdadera religión,’ Él dice ‘es más facil para un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios’” [25] Las parábolas son particularmente eficaces para quedarse en el reino de lo concreto porque sus mensajes se hallan en las parábolas mismas. Como lo señaló un maestro de predicación: “Los estudios bíblicos recientes sugieren. . . . que una parábola no tiene un tema, es el tema.” [26]

Supongamos que un maestro de instituto trata de ayudar a sus alumnos a sentir la importancia de la siguiente declaración del Profeta José Smith: “El hombre que está lleno del amor de Dios no se conforma con bendecir solamente a su familia sino que va por todo el mundo, anheloso de bendecir a toda la raza humana.” [27] Antes de leer la cita, el maestro podría compartir la siguiente parábola con muy poca explicación previa:

Y sucedió que una familia se levantó una mañana y tuvieron su servicio devocional. Después de desayunar juntos planificaron rápidamente su día, el padre se fue al trabajo, los hijos mayores se fueron a la escuela, y la madre se quedó en la casa con los hijos pequeños. Durante el día la madre les leyó a los niños, les enseñó a lavar los platos, los llevó al parque, y les contó historias de sus antepasados. Después de la escuela, los hijos mayores cumplieron sus deberes después del recordatorio de su madre. Como a las 5:45 pm el padre regresó del trabajo y encontró a toda su familia en la cocina ayudando a preparar la cena. Poco después de sentarse a cenar, oyeron que tocaban a la puerta. Un jovencito vecino pregunto con timidez si uno de los niños podría salir a jugar. Fue obvio para el padre que lo que este niño quería era entrar y cenar.

“Lo siento mucho” dijo el padre “estamos cenando.”

Esa noche después de jugar con sus hijos, ayudarles con la tarea y leer con los niños más chicos, la madre recibió una llamada de la presidenta de la Sociedad de Socorro, (la madre era la primera consejera)

“¿Podrías venir conmigo a hacer una visita breve? La hermana X está en el hospital.”

La madre contestó: “lo lamento, tengo que acostar a los niños.”

Al día siguiente, era sábado, la familia despertó y siguió con su rutina. Vieron en el calendario que uno de los jóvenes de su barrio esta haciendo su Eagle Project. Todo el barrio había sido invitado a ayudar a este joven a preparar paquetes humanitarios. Pero la familia decidó salir a pasear; se divirtieron mucho.

Una parábola como esa puede ayudar a ilustrar como se ve el enfocarse en su familia a costa de dejar de servir a los demás en la Iglesia o en la comunidad. También, en vez de sólo leer la cita del Profeta José Smith, una parábola concreta ayuda a los alumnos a experimentar e identificarse con los principios que se enseñan.

Metáfora. “Una metáfora no es solamente una manera de embellecer algo que ya se conoce, sino que es el medio para conocerlo más completamente.” [28] Una metáfora simple y rápida puede atraer a los oyentes al mundo de lo concreto y ayudarles a sentir vicariamente el material que se enseña. [29] Al usar una metáfora, es útil recordar no detenerse demasiado en ella o hacer que se le ponga mucha atención. También, debe evitarse el usar lenguaje molesto como “Permítanme usar una metáfora,” o “este objeto se podría comparar a.” [30] Podría ser mejor simplemente declarar la metáfora y dejar que se sostenga por si misma. [31]

Los Hermanos [Autoridades Generales] han incorporado las metáforas en sus enseñanzas de una manera poderosa. Por ejemplo, al hablar sobre los peligros de no comer sanamente, el Presidente Ezra Taft Benson dijo: “Hasta un grado importante, somos una nación sobre alimentada y desnutrida que está cavando con los dientes una sepultura temprana.” [32] El élder Neal A. Maxwell describió al Libro de Mormón así: “El libro es como una amplia mansión con jardines, torres, patios y anexos. Hay habitaciones, a las que hay que entrar, que tienen chimeneas flameando esperando para calentarnos.” [33] El élder Richard G. Scott dijo: “La influencia inspiradora del Espíritu Santo puede pasar desapercibida o quedar oculta debido a emociones fuertes, tales como el enojo, el odio, la pasión, el miedo o el orgullo. Cuando esas influencias están presentes es como tratar de paladear el delicado sabor de una uva mientras se come un pimiento picante.” [34]

Imágenes Verbales. Las imágenes verbales son más breves que las parábolas y no hacen comparaciones como una metáfora. Las imágenes verbales crean retratos mentales que se usan rápidamente (con frecuencia en sucesión) para ilustrar un concepto, un sentimiento o una experiencia. En lugar de decir algo como “la vida está llena de pruebas,” el maestro podría ofrecer esta serie de imágenes:

  1. Un esposo regresa del trabajo, cuelga su abrigo, deposita sus llaves en el gabinete de la cocina, voltea hacia su esposa y dice: “acabo de perder mi trabajo.”
  2. Una mujer de unos cuarenta años que nunca se ha casado termina una cita con otro hombre que no le interesa. Si sienta en la cama antes de dormir y escucha el ruido del reloj.
  3. Una tarde el doctor le dice a una pareja joven que nunca podrán tener hijos. Esa noche, asisten a la fiesta de Navidad del vecindario. A lo largo de la noche la gente les pregunta ¿cuántos hijos tienen?

Estos ejemplos fueron creados, pero la intención es que representen exactamente experiencias concretas, Con unas pocas imágenes verbales, metáforas y alguna parábola ocasional mencionadas a lo largo de la lección, los alumnos verán el evangelio como algo que toca su realidad diaria.

Usar la Experiencia Humana Común

Al compartir lo concreto, también es útil recordar compartir lo común. [35] Hablando acerca de la enseñanza del evangelio, el Presidente Henry B. Eyring dijo: “ Es tentador poner a prueba algo nuevo o sensacional.” [36] Se puede atraer la atención al relatar lo dramático, pero puede costar perder el contacto con las experiencias del alumno. El doctor Jason McDonald, un diseñador de instrucción efectuó un estudios cualitativo al entrevistar a directores de cine a fin de ver que puntos de vista tenían con respecto a la enseñanza. Se comentó que la autenticidad es uno de los elementos clave en las películas eficaces porque “ayuda a los espectadores a sentir empatía por los personajes y se reconocen a sí mismos (sus emociones y sus reacciones) en esos personajes. Y cuando los espectadores se pueden identificar con un personaje, con frecuencia se imaginan la forma en que ellos reaccionarían en las circunstancias que ven que enfrenta el personaje.” [37] Lo identificable es más importante que lo infrecuente.” [38]

Consideren este simple y poderoso ejemplo del Presidente Henry B. Eyring que ilustra el principio de la diligencia en el sacerdocio: “Tan sólo hace algunas semanas, vi a un nuevo diácono emprender el sendero de la diligencia. Su padre me mostró un diagrama que su hijo había creado, donde aparecía cada fila de su salón sacramental, un número para cada diácono que sería asignado para repartir la Santa Cena y la ruta que tendrían que seguir en el salón sacramental para repartirles la Santa Cena a los miembros. El padre y yo sonreímos al pensar que un joven, sin que se le pidiera, había creado un plan para asegurarse de que tendría éxito en su servicio en el sacerdocio.” [39] Esta experiencia de la vida diaria común ayuda a los alumnos a entender concretamente lo que significa magnificar las responsabilidades de alguien en la Iglesia.

Limite la Explicación

En un esfuerzo honesto para ayudar a los estudiantes a entender el evangelio, algunos maestros pueden caer en la trampa de explicar excesivamente un idea o un concepto. El Salvador fue un maestro al usar el lenguaje corto. El élder Neal A. Maxwell preguntó: “Apreciaríamos el Sermón del Monte si ocupara tres tomos?” [40]

Quizá las explicaciones limitadas reflejan eficazmente las experiencias concretas porque la vida no viene con explicaciones para cada una de nuestras experiencias. Llegamos a la tierra y tenemos que aprender a darle sentido a nuestra prueba mortal. Cuando un alumno interpreta las experiencias concretas al decidir verlas a la luz del Plan de Salvación, ha ejercido uno de los aspectos más importantes de su albedrío. Sin embargo, cuando un maestro explica excesivamente lo que se supone que alguien debe pensar acerca de una escritura, o experiencia, o parábola, les roba a los estudiantes la oportunidad de hacer sus propias conexiones. [41] Y como lo dijo Thomas G. Long: “para que una parte de una comunicación oral o escrita ‘funcione’ debe haber una interacción de cooperación entre lo que se dice o escribe y quienes lo leen o lo escuchan.” [42]

El élder Howard W. Hunter ilustró este principio en la conferencia general de abril de 1972. Comenzó su mensaje corto al decir: “Al ver el reloj, doblé el discurso que había preparado y lo puse en mi bolsillo.” Luego el élder Hunter refirió la experiencia que tuvo al ver como un pajarito vió a uno más grande comerse una lombriz y a un insecto. En las dos veces que el pájaro grande comió, el más chico abrió la boca y “gritó en protesta.” Eventualmente, después que el pájaro más grande se fue, el más pequeño, “brincó al césped, golpeó con sus patas, inclinó la cabeza, y sacó del jardín a una lombriz grande.” Tan pronto como terminó la historia y sin dar explicaciones innecesarias, el élder Hunter terminó su discurso diciendo: “Dios bendiga a las buenas personas que enseñan a nuestros hijos y a nuestra juventud, lo ruego humildemente, en el nombre de Jesús. Amén” [43]

Quienes escucharon al élder Hunter ese día fueron invitados a sacar conclusiones, por sí mismos, con respecto a la forma en que se podría aplicar este breve mensaje. Al referirse a un método de enseñanza semejante, el doctor Fred Craddock dijo: “[La] congregación no puede sacudirse el sermón completo estrechando la mano del ministro. El sermón, aún sin terminar, sigue después de la oración final, al tener que llegar a conclusiones, hacer decisiones, tomar acción y buscar a los hermanos, mientras los dones esperan en el altar. Quienes tuvieron oídos oyeron, y lo que escucharon fue la Palabra de Dios.” [44] Esta clase de experiencias se asemeja mucho a lo que significa dar sentido, bajo la influencia del Espíritu Santo, a las experiencias concretas.

Conclusión

El élder David A. Bednar dijo: “En la escuela de la vida terrenal, experimentamos ternura, amor, bondad, felicidad, pesar, desilusión, dolor e incluso los desafíos de las limitaciones físicas en formas que nos preparan para la eternidad. Dicho en forma más sencilla, hay lecciones que debemos aprender y experiencias que debemos tener, tal como las Escrituras lo describen, “según la carne” (véase 1 Nefi 19:6; Alma 7:12--13).[45] Cuando la enseñanza del evangelio refleja lo que es la vida como agente encarnado en un mundo experiencial, los alumnos pueden conectar vicariamente el evangelio a su realidad concreta.

Quizá el mayor ejemplo de la enseñanza concreta haya sido la encarnación. [46] El élder Jeffrey R. Holland dijo: “Con palabras y con hechos, Jesús intentaba revelarnos y darnos a conocer la verdadera naturaleza de Su Padre, nuestro Padre Celestial.” [47] Esta suprema revelación de Dios no era una lista de reglas, atributos, o ideas, más bién, era “el Verbo hecho carne” (Juan 1: 14). En otras palabras, la manera principal en que Dios ha decidido enseñarnos acerca de Él mismo fue mediante la vida de Jesucristo: un ministerio específico, encarnado y concreto que sucedió en el tiempo y el espacio.

Notas

[1] - David L. Paulsen, “The Doctrine of Divine Embodiment: Restoration, Judeo-Christian, and Philosophical Perspectives,” BYU Studies 35, núm. 4 (1995-1996) páginas 7-94.

[2] - Larry E. Dahl y Donald Q. Cannon son los editores de Encyclopedia of Joseph Smith’s Teachings (Salt Lake City: Deseret Book, 2000) página 83. En español se encuentra en Enzeñanzas del Profeta José Smith, compiladas por Joseph Fielding Smith, (La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1954) página 217.

[3] - David A. Bednar, “Las cosas como realmente son,” Liahona, junio de 2010.

[4] - Fred B. Craddock, As One Without Authority (St. Louis: Chalice Press, 2001), páginas 50-51.

[5] - Craddock, As One Without Authority, página 50.

[6] - Dallin H. Oaks, “Gospel Teaching” Ensign, noviembre de 1999, página 79.

[7] - Craddock, As One Without Authority, página 50.

[8] - Craddock, As One Without Authority, página 49.

[9] - Hubert L. Dreyfus, “Intelligence Without Representation: Merleaus-Ponty’s Critique of Mental Representation,” Phenomenology and the Cognitive Sciences 1 núm. 4 (2002), páginas 367-383.

[10] - Dreyfus, “Intelligence Without Representation,” páginas 367-383.

[11] - Stephen C. Yanchan, Jonathan S. Spackman y James E. Faulconer, “Learning as Embodied Familiarization,” Journal of Theoretical and Philosophical Psychology 33, núm. 4 (2013): páginas 216-232.

[12] - C. Terry Warner, Bonds that Make Us Free: Healing Our Relationships, Coming to Ourselves (Ann Arbor,MI: Malloy Lithogrphing Incorporated, 2001), página 232.

[13] - Neal A. Maxwell, The Enoch Letters (Salt Lake City: Deseret Book Company, 2006), página 31.

[14] - Patrick Parrish, “Aesthetetic Principles for Design,’ Education Technology Research and Development 57, núm. 4 (2009): página 515.

[15] - Ruth Aylett, “And They Both Lived Happily Ever? “ en Technology-Meditated Narrative Environments for Learning, editado por Giuliani Dettori, Tania Gianetti, Ana Paiva y Ana Vaz (Rotterdam, Holanda: Sense Publishers, 2006), página 6.

[16] - Fred B. Craddock, Craddock on the Craft of Preaching, editado por Lee Sparks y Kathryn Hayes Sparks (St Louis: Chalice Press, 2011), página 133.

[17] - Warner, Bonds that Make us Free, página 215.

[18] - Warner, Bonds that Make us Free, páginas 212-213.

[19] - James L. Ferrell, The Peacegiver: How Christ Offers to Heal our Hearts and Homes, (Salt Lake City: Deseret Book Company, 2004), página 163.

[20] - Grant Hardey, Understandign the Book of Mormon: A Reader’s Guide (Nueva York: Oxford University Press, 2010), página 125.

[21] - Thomas S. Monson, “Ejemplos de Grandes Maestros,” Liahona, junio de 2007.

[22] - Craddock, Craddock on the Craft of Preaching, página 62.

[23] - Christina Ljungberg, “Cartographic Strategies in Contemporary Fiction,” en Orientations: Space/Time/Image/Word: Word & Image Interactions, editado por Claus Cluver, Veronique Plesch y Leo Hock (Amsterdam: Rodopi, 2005), página 161.

[24] - D. Kelly Ogden, y Andrew C. Skinner, The Four Gospels: Verse by Verse (Salt Lake City: Deseret Book Company, 2006) página 283.

[25] - C. H Dodd, The Parable of the Kingdom (Nueva York: Charles Scribner’s Sons, 1958), páginas 15-16.

[26] - Eugene L. Lowry, How to Preach a Parabole: Designs for Narrative Sermon (Nashville: Abingdon Pres, 1989), página 20.

[27] - José Smith, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia - José Smith (Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2007), página 453.

[28] - Fred B. Craddock, Overhearing the Gospel (St Louis: Chalice Press, 2002), página 115.

[29] - Craddock, As One Without Authority, página 75.

[30] - Craddock, As One Without Authority, página 77.

[31] - Fred B. Craddock, Preaching (Nashville, Agingdon Press, 1985), página 197.

[32] - Ezra Taft Benson, “In His Steps,” Brigham Young University 1979 Speaches, marzo de 1979, página 62.

[33] - Neal A. Maxwell, Not My Will, But Thine (Salt Lake CityL Deseret Book, 1988), página 36.

[34] - Richard G. Scott, “Cómo Obtener Guía Espiritual,” Liahona, noviembre de 2009.

[35] - Craddock, As One Withouth Authority , página 77.

[36] - Henry B. Eyring, “El Poder de Enseñar la Doctrina,” Liahona, mayo de 1999.

[37] - Jason K. McDonald, “Imaginative instruction:what master storytellers can teach instructional designers,”Educational Media International 46 núm 2 (2009): páginas 111-122.

[38] - Craddock, As One Without Authority, página 50.

[39] - Henry B. Eyring, “Obrar con Toda Diligencia,” Liahona, mayo de 2010.

[40] - Neal A. Maxwell, “Teaching by the Spirit—‘The Language of Inspiration,’” Teaching Seminary Preservice Reading Religion 370, 471, and 475 (Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2004), páginas 35-40.

[41] - Craddock, As One Without Authority, página 76.

[42] - Thomas G. Long, Preaching and the Literary Forms of the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1989), página 19.

[43] - Howard W. Hunter, “A Teacher,” Ensign, julio de 1972. Página 85.

[44] - Craddock, As One Without Authority, página 125.

[45] - David A. Bednar, “Las Cosas como Realmente Son,” Liahona, junio de 2010.

[46] - Craddock, As One Without Authority, página 52.

[47] - Jeffrey R. Holland, “La Grandiosidad de Dios,” Liahona, noviembre de 2003.