Usar las Voces de las Mujeres en la Enseñanza de la Historia y la Doctrina

Jennifer Reeder

Jennifer Reeder (jreeder@lds.church.org) es una especialista en la historia de las mujeres del siglo diecinueve en el Departamento de Historia de la Iglesia SUD.

foto de Emma Smtih

A principios de julio de 1830, poco después de su bautismo, Emma Smith recibió una revelación por medio de su esposo, José Smith, con respecto a su posición y responsabilidades en la nueva Iglesia de Cristo. [1] En la revelación (ahora conocida como la sección 25 de Doctrina y Convenios), el Señor describió a Emma como una “dama elegida” y le mandó “explicar las escrituras y. . . . exhortar a la Iglesia, de acuerdo con lo que te indique mi Espíritu.” [2] Estas eran responsabilidades importantes: el American Webster dictionary de 1828 define la palabra exhortar como “animar, aconsejar, excitar o dar fuerza, espíritu o valor.” De igual manera, exponer significa "explicar, abrir el sentido, despejar de la oscuridad, interpretar". [3] La revelación tiene consejos específicos para Emma, pero al final, el mandato de enseñar y predicar se aplica a una audiencia más general: “esta es mi voz a todos.” [4]

Siete años después, en 1837, Sarah Sturtevant Leavitt llegó a ser una mujer que enseñó la verdad. Fue bautizada en Kirtland, Ohio. Ella y su esposo se establecieron en Mayfield, a diez millas de Kirtland. Allí, ella después escribió: “Quería obtener la buena voluntad de mis vecinos," porque ella anhelaba exponer— despejar de la obscuridad y explicar—la verdad del evangelio. Leavitt visitó las tabernas o posadas locales hablando formalmente a quien le oyera. Ella escribió: “Tenía algo de más importancia que estaba encerrado como fuego en mis huesos.” Al visitar a un vecino enfermo, en donde se había reunido mucha gente, Leavitt deseó exhortar; o sea, dar fuerza y valor. Ella recordó: “El Señor me dio una gran libertad de expresión." [5] Desafortunadamente, sus palabras exactas no fueron registradas debidamente, lo que demuestra la necesidad de encontrar las voces de las mujeres e insertarlas en la Historia de la Iglesia.

Recuperando las Voces de las Mujeres

Un desafío al recuperar las voces de las mujeres es que a ellas con frecuencia les faltaba un lugar en donde hablar y la oportunidad de que sus palabras pudieran registrarse. Leavitt se unió a la Sociedad de Socorro de Nauvoo el 4 de agosto de 1842, pero fuera de su membresía, no hay registro de ella en los comentarios o en las donaciones. [6] Sin embargo, Emma Smith, como “presidenta” dirigió la actividad benevolente y los pláticas espirituales de la sociedad, animada por José Smith cuando la fundó el 17 de marzo de 1842. [7] La organización femenil proveyó un lugar para que Emma hablara cómodamente; los registros históricos de los doce años desde la revelación en 1830 indican que ella era una figura pública importante, aunque no existen registros de sus discursos públicos. [8] En la Sociedad de Socorro, Emma dirigió los esfuerzos de reclutamiento y membresía, promovió la unidad e instruyó a las mujeres en cuanto a la compasión y el cuidado de los pobres. [9]

Otro desafío para llegar a las palabras de las mujeres es su temor a hablar en público. Incluso Eliza R. Snow inicialmente expresó su preocupación por su nueva asignación, recibida de Brigham Young, como líder de la Sociedad de Socorro. “El le dijo: ‘quiero que instruya a las hermanas’ Aunque se me aceleró el corazón en ese momento, en ese entonces no supe ni pude formarme una idea adecuada de la obra que tenía ante mí.” [10] Mary Isabella Horne, la presidenta de la Sociedad de Socorro del Barrio Catorce en Salt Lake City, recibió también de Brigahm Young la asignación de organizar una Retrenchment Association; ella también expresó dudas sobre su capacidad para hablar en público. [11] Emeline B. Wells describió los temores tempranos de Horne: Horne “era tan tímida que no podía votar por los miembros de la sociedad, sin apoyarse en otras hermanas. Al verla ahora de pie ante la congregación de los Santos, y escuchar las palabras de instrucción que fluyen de sus labios, uno apenas podría creer que ella tuviera tanto miedo de su propia voz.” [12] Zina D.H. Young expresó preocupación similar cuando visitó la Sociedad de Socorro de Lehi en el año 1869: “No estoy acostumbrada a hablar en público.” Después de quince años de experiencia hablando [en público] Young se convirtió en la tercera Presidenta General de la Sociedad de Socorro. Con confianza, exhortó a la "falange de mujeres [de la Sociedad de Socorro] a ponerse de pie y dirigir.” [13] Emily S. Richards recordó cómo Snow le ayudó a aprender a hablar en público. “La primera vez que [ella] me pidió que hablara en la reunión, no pude, y me dijo: 'No importa, pero cuando se le pida que hable de nuevo, trate de tener algo que decir', y lo hice.” [14] Cada una de estas mujeres venció sus temores y contribuyó al desarrollo del discurso mormón, rodeada muchas veces por la cómoda compañía de las Sociedades de Socorro locales.

Las mujeres Santo de los Últimos Días participaron en los eventos históricos y dieron testimonio de la Restauración, como se evidencia en incontables cartas, diarios y reminiscencias contenidos en historias familiares o en los repositorios de archivos diseminados por todo el mundo. Pero sus voces, a menudo, se limitaban a la familia y a páginas sin usar de la historia. La Sociedad de Socorro se convirtió en un trampolín para que la mujeres hablaran públicamente y se insertaran en lo que llegó a ser una historia institucional registrada en los libros—más de mil— de minutas de las organizaciones que ahora están guardados en la Biblioteca de Historia de la Iglesia SUD. Aún con estos registros, a menudo las mujeres permanecen en la periferia o están ausentes de la historia institucional. La historiadora Catherine A. Brekus indicó que las primeras mujeres “virtualmente han sido olvidadas por los historiadores modernos.” Se hicieron invisibles y “es difícil oir” sus voces. [15] Una encuesta informal realizada por Brittany Chapman Nash, empleada del Departamento de Historia de la Iglesia SUD, indica que muchos Santos de los Últimos Días de la actualidad, solamente pueden nombrar a un pequeño grupo de mujeres mormonas del siglo diecinueve: Emma Smith, Lucy Mack Smith, Eliza R. Snow, o a “la mujer que bendijo a sus bueyes;” Mary Fielding Smith. [16]

Aún así, existen los registros de sus palabras, ideas y opiniones. El periódico de mujeres, Woman’s Exponent (1872-1914), es una fuente invaluable de historia de la Iglesia, ya que las mujeres reflexionaron en el periódico sobre sus historias personales y las historias colectivas de la Restauración. Brigham Young le encargó a Emmeline B. Wells, segunda editora del Exponent y líder de la producción del periódico durante casi cuarenta años, que publicara “‘el registro de la obra [de las mujeres] y una parte de la historia de la Iglesia;’ y agregó también ‘y le doy la misión de escribir bocetos breves de la vida de las principales mujeres de Sión, y publíquelos.’” [17] Otros siguieron el liderazgo de Wells: Edward Tullidge compiló Women of Mormondom en el año 1877, y Augusta Joyce Crocheron publicó Representative Women of Deseret en el año 1884. [18] Aunque estas fuentes se pueden encontrar en línea [Internet], sus ediciones están agotadas y son muy poco conocidas en la actualidad. Muy pocas de las historias de estas mujeres aparecen en las publicaciones o los cursos de estudio oficiales de la iglesia, lo que complica la capacidad de los maestros para incluírlas en las lecciones, sin tener que hacer una gran investigación adicional.

Varias publicaciones documentales durante la última década se concentran en las palabras de mujeres: Women of Faith in the Latter Days, editado por Richard E. Turley Jr y Brittany L. Chapman [Nash]; The First Fifty Years of Relief Society: Key Documents in Latter-day Saint Women’s History, editado por Jill Mulvay Derr, Carol Cornwall Madsen, Kate Holbrook y Matthew Grow; The Witness of Women: Firsthand Experience and Testimonies of the Rstoration por Janice Johnson y Jennifer Reeder. Estas publicaciones dan acceso a los relatos biográficos, a documentos de la Sociedad de Socorro preparados por hombres y mujeres, y a los relatos de mujeres arreglados por temas, describiendo eventos de la Restauración. Más recientemente, Jennifer Reeder y Kate Holbrook han editado, con la Imprenta del Historiador de la Iglesia, la colección de discursos de mujeres: At the Pulpit: 185 Years of Discourses by Latter-day Saint Women, que se traducirá al español y al portugués y se agregará A la aplicación Gospel Library [Biblioteca del Evangelio] en febrero de 2018. Este artículo se enfocará en esta reciente publicación, con ideas de como At the Pulpit [En el Púlpito] y otras obras pueden integrar las experiencias y las voces de las mujeres al salón de clases.

En el Púlpito: La Voz, la Visibilidad, y el Valor de las Voces de Mujeres

El concepto para el libro At the Pulpit [En el Púlpito] se originó por una plática entre Derr y Holbrook. Acordaron que los 26 tomos del Journal of Discourses, con su riqueza de detalles teológicos e históricos merecía un compañero igual, un Journal of Discourses femenino. [19] Debido a su trabajo en First Fifty Years, Derr y Holbrook sabían que existían los discursos de las mujeres pero que era difícil acceder a los primeros registros pues estaban olvidados en los antiguos libros de minutas y en periódicos poco conocidos. Mi primera asignación en el Departamento de Historia de la Iglesia fue el editar tal obra junto con Holbrook. Decidimos que el principal propósito de At the Pulpit [En el Púlpito] debía ser el proveer acceso a una colección de las palabras habladas de las mujeres, a fin de que fueran útiles para enseñar, discursar, dirigir, y para la investigación académica.

Holbrook y yo resolvimos que otro propósito principal de At the Pulpit [En el Púlpito] era reconocer la voz, la visibilidad y el valor de las mujeres, las que se incluyeran en el libro así como de las mujeres y hombres que lo leyeran. Cada discurso incluye una breve introducción que proporciona información sobre el contexto biográfico, histórico, teológico y cultural. Por ejemplo, el discurso de Jane Neyman sobre la caridad es un breve extracto del libro de minutas de la Sociedad de Socorro de Beaver, "alentando a todas a ser tolerantes y a perdonar, absteniéndose cuanto sea posible de escudriñar la conducta de nuestros prójimos" [20] Aunque este es un tema significativo pero típico de la Sociedad de Socorro, el valor adicional viene de la experiencia personal de Neyman, como se menciona en la introducción a su discurso. Siendo madre soltera pobre en Nauvoo, recibió la ayuda caritativa que desesperadamente necesitaba, pero se le negó ser miembro de la Sociedad de Socorro de Nauvoo debido a los chismes sobre su familia. Dos de sus hijas habían sido acusadas de inmoralidad sexual en un momento en que los rumores de poligamia y el uso no autorizado del consentimiento de José Smith para practicar el matrimonio plural se filtraban por la ciudad. A pesar de las reacciones negativas, Neymar se mantuvo fiel, y años después llegó a ser la primera Presidenta de la Sociedad de Socorro en Beaver, Utah, en donde animó a las hermanas a buscar la caridad, la cual “cubrirá multitud de pecados,” un valor que, con certeza, ella aprendió de su experiencia personal. [21]

La información biográfica adicional también es de valor para el discurso de Leone O. Jacobs. La introducción detalla que ella sirvió en Palestina y en Siria a fines de los años 1930 junto a su esposo Joseph Jacobs, que fue llamado a ser el presidente de misión allá. Leone estaba en sus treintas con dos hijos y recientemente se había sometido a cirugía mayor. Entró a lo que debieron ser condiciones difíciles: hermanar a los miembros, aprender turco, organizar eventos, preparar comidas para misioneros e invitados, apoyar las actividades la Sociedad de Socorro y de los jóvenes, y tocar el órgano para las reuniones. A su regreso, en el año 1939, cuando Inglaterra le declaró la guerra a Alemania, sirvió en la presidencia de la Sociedad de Socorro de su estaca, y después de la guerra, fue llamada a la Directiva General de la Sociedad de Socorro. En el año 1949 habló acerca del desarrollo personal en la Conferencia General de la Sociedad de Socorro: "Uno de los principios más gloriosos de la vida es que siempre podemos elevarnos por encima del nivel actual", que "el curso de nuestras vidas puede ser modificado" al "preparar nuestros corazones". [22] Ciertamente su vida había sido modificada, y lo manejó con gracia. [23] Entonces, el libro At the Pulpit [En el Púlpito] brinda el contexto y el valor informativo adicional a las voces de estas mujeres. Estas experiencias personales, vinculadas a las enseñanzas del evangelio, tratan de ilustrar la forma en que hoy los hombres y mujeres, niños y niñas pueden encontrar valor en sus propias experiencias personales y hacer aplicaciones doctrinales.

At the Pulpit [En el Púlpito] hace visibles a las mujeres conocidas y a a las desconocidas. Por supuesto, como es de esperarse, hay discursos de Lucy Mack Smith, Emma Smith, Eliza R. Snow, Belle Spafford, Sheri Dew y Chieko N. Okazaki. También hay discursos de mujeres menos conocidas. E. G. Jones dio una conferencia a las Damas Jóvenes del Barrio Onceavo de Salt Lake City en el año 1882, y su discurso fue recogido por el Womans’s Exponent. Jones, prácticamente, no dejó registro de sí misma aparte de un tratado magistral acerca de la oración. [24] Un escrutinio cuidadoso del Censo del año 1880 de Salt Lake City mostró a una Ellenor Georgina Jones en el barrio onceavo, lo que condujo a examinar otros registros de censos desde Ohio a California. La información genealógica tomada de cada censo mostró que Jones nació en Nashville en el año 1832, venía de una familia de raza mixta durante el clímax de la esclavitud y la hostilidad hacia los negros liberados. Y aún en la época de gran prejuicio racial, los registros de barrio y del templo en Utah, muestran que Jones no solamente recibió su propia investidura y efectuó la obra para los miembros de su familia, sino que su hijo, fue ordenado al sacerdocio. Encontrar la fecha y el lugar de fallecimiento requirió atención adicional: un misionero de historia familiar encontró su certificado de defunción, el cual indicó que ella había pasado diez días en Redding, California, sufriendo de un derrame cerebral y falleció en el año 1922. No existe una lápida, sin embargo, su discurso sobre la oración revela a una mujer muy reflexiva, educada y espiritualmente consciente, que había aprendido a utilizar la oración para fortalecer su relación con Dios y que fue muy capaz de enseñar ese concepto a los demás. [25]

Un ejemplo del siglo veinte de oradoras menos conocidas que están en At the Pulpit [En el Púlpito] es Lalene H. Hart, un experta en economía del hogar con títulos del Brigham Young Collegue in Logan, Utah y del Simmons College de Boston, y que posteriormente dirigieron su obra en los Servicios Sociales de la Sociedad de Socorro. Cuando tenía 30 años de edad se casó con un viudo con diez hijos. Sirvió con su esposo cuando fue presidente de misión en Canadá de 1927 a 1930, y ella presidió la Sociedad de Socorro de la misión. Habló sobre el tema de la responsabilidad del servicio y las asignaciones, en la conferencia general de la Sociedad de Socorro en el año 1933: “Sintamos seriamente la responsabilidad que descansa sobre nosotros de elevarnos y brillar y mostrarle el camino a un mundo escéptico que espera, [decirle] que hay un Dios en el cielo, que Jesucristo vive, y que está interesado en el bienestar de su hijos." [26]

Debido a la disponibilidad de los recursos, los discursos en este libro son principalmente los dados en Utah, y no representan adecuadamente a las voces no-americanas, o siquiera a las voces que no son de Utah. No obstante, las voces de las mujeres internacionales aparecen en el libro tan temprano como el año 1861, cuando la actriz británica y Santo de los Últimos Días, Elicia A. Grist publicó un “Discurso a las Hermanas de la Iglesia” en el Millenial Star, un periódico SUD británico. La familia Grist se mudó entre Inglaterra e Irlanda, y ella le escribió a las mujeres esparcidas en las Islas Británicas antes de que se organizara la primera Sociedad de Socorro Británica en el año 1873. [27] Mary B. Ferguson nació en Escocia pero le habló a la Asociación de Mejoramiento Mutuo de las Damas Jóvenes en Spanish Fork. [28] Annie D. Noble y Emma N. Goddard, que hablaron en conferencias de la AMM emigraron de Inglaterra. [29]

La última parte de At the Pulpit [En el Púlpito] expande las voces de las mujeres internacionales. Lucrecia Suárez de Juárez, una presidenta de Sociedad de Socorro en la Ciudad de México, habló en una Conferencia del Área Mexico y Centro América en el año 1972. [30] Jutta B. Busche, de Alemania, habló en la Conferencia de Mujeres de la Universidad Brigham Young (BYU) el año 1990, en la que describió la diferencia entre el mormonismo cultural en Utah y la doctrina. [31] Irina Kratzer, una doctora de Rusia, habló en la Conferencia de Mujeres en BYU en el año 2000 sobre su conversión y la transición de un país comunista a los Estados Unidos. [32] Judy Brummer, de Sudáfrica compartió su historia en una charla fogonera el año 2012. Creció en el rancho de su familia, y aprendió el idioma Xhosa con sus compañeros de juego locales. Después de la universidad, se reunió con las misioneras, se bautizó, hizo una misión, usando su conocimiento del idioma Xhosa al traducir para los misioneros y los líderes de la Iglesia y al traducir para ellos algunas partes del Libro de Mormón. [33] El libro termina con un discurso de Gladys N. Sitati, de Kenya, que también habló en la Conferencia de Mujeres en BYU el año 2016. [34] Tales voces globales expanden la visibilidad y la voz de las mujeres y reconocen una Iglesia internacional.

Cambios con el Tiempo

foto de tres mujeresElizabeth Ann Whitney, Emmeline B. Wells, Eliza R. Snow.

Un valor no reconocido de At the Pulpit [En el Púlpito] es que demuestra el cambio con el tiempo. Inicialmente, las mujeres hablaron de forma confortable para ellas en esa época. Por ejemplo, el discurso de Elizabeth Ann Whitney es un himno que cantó por el don de lenguas en el Templo de Kirtland que estaba en construcción. [35] Las palabras de Emma Smith se tomaron de varias conversaciones que dirigió en la Sociedad de Socorro de Nauvoo. [36] Eliza R. Snow le habló extemporáneamente a la Retrenchment Association en el Salón de Asambleas del Barrio Catorce en el año 1872, cubriendo temas como: la adversidad, la influencia divina, Sión y la importancia de la educación. [37] Las miembros de las Primeras Sociedades de Socorro solían hablar mediante pláticas, pero las reuniones regulares dieron lugar a discursos improvisados, que a su vez dieron paso a discursos cada vez más formales y políticos, como se evidencia en la última parte de At the Pulpit [En el Púlpito]. Varios sermones bien pulidos vienen de eventos tales como La Conferencia de Mujeres en BYU, las charlas fogoneras del SEI, las conferencias regionales y de área y las conferencias generales. Estos últimos discursos son más enfocados y más largos que las primeras pláticas.

Otra razón para el aumento en la duración y el enfoque es el cambio en la tecnología. Los primeros discursos en el libro, dados por Lucy Mack Smith y Elizabeth Ann Whitney, vienen de sus propias reminiscencias. [38] Las secretarias tomaron las notas para los libros de las minutas, y la calidad de los registros era diferente para cada secretaria; con frecuencia, las secretarias anotaron palabra por palabra los mensajes de los visitantes varones, tales como los obispos y otros líderes de la Iglesia, en tanto que simplemente resumieron las palabras de las mujeres. Todo dependió de la secretaria y la conservación del libro de minutas. A medida que las mujeres comenzaron a escribir sus propios discursos, y con la llegada de la tecnología para registrar los discursos con más detalle y precisión, la duración de los discursos registrados aumentó con el tiempo. Los primeros discursos se encontraron en periódicos, manuscritos, o libros de minutas, en tanto que muchos de los últimos discursos vinieron de fuentes publicadas. La tecnología moderna mejoró la expansión de los discursos de las mujeres.

Selección de Documentos

At the Pulpit [En el Púlpito] contiene cincuenta y cuatro discursos de mujeres desde el año 1831 al 2016. Quisimos mostrar la forma en que las mujeres SUD han hablado en público desde el principio de la organización de la Iglesia y seleccionamos un par de discursos de cada década, demostrando el rango de tiempo en el cual discursaron las mujeres. Para eso, ampliamos la definición de discurso para permitir las diversas formas de hablar en público durante los primeros años de la Iglesia. El que las mujeres hablaran y enseñaran en la iglesia en ese momento de la historia americana fue un asunto contencioso; muchas denominaciones de esa época sostenían que las mujeres debían estar “en silencio” en la iglesia. [39] No obstante, las mujeres hablaron. El Segundo Gran Despertar a principios del siglo diecinueve promovió los ideales de democracia y equidad dentro de las organizaciones religiosas. Lucy Mack Smith, Elizabeth Ann Whitney y Sarah Sturtevant Leavitt venían de esta generación, y las formas en que hablaron reflejaron la expresión religiosa contemporánea, incluyendo el avivamiento religioso y el hablar en lenguas. Las organizaciones femeniles en Utah, tales como El Instituto Femenil de Salud, la Sociedad de Socorro, las Retrenchment Organizations, La Asociación de Mejoramiento Mutuo de las Damas Jóvenes (YLMIA) y la Primaria crearon los lugares en donde las mujeres tuvieron reuniones con comentarios y testimonios que fueron registrados en los libros de minutas. A medida que dichas organizaciones se centralizaron y comenzaron a efectuar conferencias semestrales y anuales con expresiones más institucionalizadas, las mujeres dieron discursos y sermones. Los discursos que se incluyeron en At the Pulpit [En el Púlpito] abarcan muchos tipos de declaraciones públicas, incluyendo: sermones, discursos, oraciones, comentarios en las reuniones, himnos, recetas y relatos.

Localizar los discursos dados en sedes tan variadas durante 185 años requirió una búsqueda muy cuidadosa, especialmente al volver al siglo diecinueve. Con más de un millar de libros de minutas de la Sociedad de Socorro en papel, más los registros en micro-film, que se guardan en la Biblioteca de Historia de la Iglesia, un grupo de de voluntarios, de pasantes, y de editores investigaron cuidadosamente a fin de encontrar los posibles discursos. También trabajamos con ejemplares de los periódicos Millenial Star, Woman’s Exponent, Young Woman’s Journal y Relief Society Magazine. En contraste, el volumen de los discursos del siglo veinte dificultaron el proceso de decisión en una forma totalmente distinta. La búsqueda en los reportes publicados de la conferencia general y de la conferencia de la Sociedad de Socorro, así como el contenido masivo que se halla en la Internet, requirieron un enfoque muy definido.

El criterio general para la selección fue encontrar discursos interesantes centrados en temas doctrinales. Existen algunos discursos que comparten experiencias históricas con sólidas respuestas al evangelio. Drusilla D. Hendricks compartió lo difícil que fue decidir permitir que su hijo marchara con el Batallón Mormón durante una época en que ella necesitaba la ayuda de él para poder cruzar las llanuras. Ella usó la experiencia personal para ilustrar la poderosa doctrina del sacrificio. [40] Buscamos discursos que los lectores querrían compartir debido a las poderosas doctrinas que contienen. El discurso “The Religious Crisis of Today” dado el año 1934 por Elsie Talmage Brandley, es uno de esos. Brandley exploró asuntos y preguntas de dudas espirituales, muchas de las cuales se debaten en la actualidad. [41]

Integrar al Salón de Clases Las Voces de las Mujeres

At the Pulpit, recobra las voces perdidas de las mujeres Santo de los Últimos Días, mostrando su voz, visibilidad y valor. Es un libro que se puede usar; para la investigación académica, en el salón de clases, en lecciones, en el estudio personal y literalmente en el púlpito. El libro puede ser una recuperación de las voces de las mujeres o una historia compensatoria de las mujeres, la cual es muy necesaria, pero es evidencia de que las mujeres deben integrarse en la historia y en la doctrina mormona. La historiadora Brekus sugirió la dificultad no sólo de hallar las voces de las mujeres sino de usarlas adecuadamente: "Integrar a esas mujeres en la historia implica algo más que sólo agregarlas a grandes narrativas anteriores de eventos políticos. . . . Debemos aprender a hacer nuevas preguntas y crear nuevos paradigmas. . . . Requiere que reconsideremos nuestras suposiciones sobre los efectos del cambio cultural, político, económico y religioso.". [42] Enseguida están varias sugerencias para cómo usar específicamente At the Pulpit, en el salón de clases.

La manera más fácil y visible de integrar las voces de las mujeres al salón de clases es mostrar el libro a los estudiantes y que esté disponible para ellos. Agreguen selecciones a su plan de estudios; animen a los estudiantes de seminario a que lo usen en los devocionales de sus clases. Lo más importante es que las voces de las mujeres sean integradas más bien que separadas. Aunque puede ser de valor el enseñar la sección 25 de Doctrina y Convenios como una sección para las mujeres, o tener una lección separada sobre las mujeres y la Sociedad de Socorro, el categorizar a las mujeres les evita la participación total y envía un mensaje para los estudiantes, mujeres y hombres, sobre el lugar de las mujeres en la Iglesia. El contenido de las lecciones insinúa la ideología religiosa y cultural, y la integración de las mujeres a la enseñanza de la doctrina y la historia puede contribuir a una generación poderosa de Santos de los Últimos Días—hombres y mujeres—que reconozcan la voz, la visibilidad y el valor de todas las personas.

Doctrina

At the Pulpit, proporciona doctrina perspicaz que debería integrarse a las clases, las lecciones y a los discursos. Francine R. Bennion dió un discurso verdaderamente poderoso en la Conferencia de Mujeres de BYU en el año 1986 titulado "La Teología de los Santos de los Últimos Días Sobre el Sufrimiento." Este discurso es quizás el sermón teológico más desarrollado en la colección, profundizando en las escrituras, la experiencia personal, los principios y la práctica para lidiar con preguntas universales sobre el sufrimiento a través de una lente SUD. Si bien a veces es abstracto, y sin duda el más largo del libro, este discurso proporciona una verdadera inspiración, lo que lleva al lector a pensar más profundamente sobre la bondad de Dios. [43] Ardeth G. Kapp enseñó la diferencia entre la doctrina y la tradición “al llegar a conocer a nuestro Salvador y los principios salvadores a través del evangelio de Jesucristo,” y Linda K. Burton habló acerca de la doctrina del Día de Reposo en la Conferencia de Área Utah Sur el año 2015. [44]

Varios discursos enseñan doctrina específica y podrían insertarse en diversas formas para reforzar los temas doctrinales enseñados por los hombres en las escrituras o por los líderes generales del sacerdocio. En el tema de la oración, Ellenor G. Jones, enseñó que “es la llave que abrirá la casa del conocimiento.” Usando las escrituras, testificó que "mediante la oración, nuestra fe se fortalece y nuestros poderes de comprensión se aceleran, y recibimos poder para distinguir el bien del mal". [45] En el año 1901, Ann M. Cannon presentó un breve pero poderoso testimonio de la oración: "Sé que la oración puede levantar las cargas más grandes y descansar a los cansados. Nada más puede proporcionar un alivio tan perfecto. Incluso la caída de una lágrima es una oración". [46] Virginia H. Pearce también habló de la oración en su discurso en la Conferencia de Mujeres de BYU del año 2011. Usando las escrituras y algunos relatos reales de su familia y amigos, exhortó a la audiencia a utilizar la oración como “una conversación larga y personal” por la cual podemos unir nuestras propias voluntades con “la voluntad del Padre [y] se vuelvan uno y lo mismo”.[47] Estos discursos de mujeres complementan a los de los hombres.

Algunos de los discursos más poderosos describen el proceso de buscar y recibir la revelación personal, particularmente en la conversión individual. Rachel H. Leatham, ex-misionera, habló en una sesión de conferencia el año 1908 acerca de la importancia de obtener su propio testimonio en vez de depender en las creencias y enseñanzas de sus padres: "Somos el futuro pueblo responsable de Sión". [48] Annie D. Noble, la presidenta de la YLMIA del Barrio Quinto de Ogden, habló en la conferencia anual de la AMM el año 1916, compartiendo cómo es que ella llegó a saber que “José Smith era un profeta del Señor” mientras caminaba una tarde a una reunión casera SUD en Nottingham, Inglaterra. [49] Irina Kratzer, una doctora rusa, dijo cómo usó el Libro de Mormón y las revistas de la Iglesia para pulir sus técnicas del idioma inglés. Atraída a la idea de que Dios y Jesucristo en realidad existen, pese a las enseñanzas comunistas, se sembraron las semillas para la conversión de Kratzer. [50] Estos son temas universales que mucha gente—adultos y jóvenes—enfrentan hoy. Las experiencias de estas mujeres califican el proceso de la conversión personal como viable y valioso a la vez que dan ideas para un modelo general de conversión.

Otro valioso tema doctrinal es el de tener propósito y misión personal en la vida. El concepto de valor individual esta esparcido en casi cada discurso. Elicia Grist dijo: "Cada uno de nosotros tiene una misión que realizar, si solo consideráramos la responsabilidad que recae sobre nosotros en cada acto que realizamos." [51] Además varias mujeres hablaron específicamente sobre este tema. En el año 1879, Mary Ann Freeze enseñó a la AMM del Barrio Onceavo de Salt Lake City: “Mis jóvenes hermanos y hermanas, todos fuimos enviados a la tierra por un propósito, y todos tenemos una misión que cumplir. Es el deber de cada uno de nosotros comprender esa misión". [52] Sheri Dew les encargó a las mujeres en la Conferencia de Mujeres de BYU el año 2001 que reconocieran sus identidades “grandes y nobles.” Usando las escrituras y las enseñanzas de los profetas acerca de que los hombres y las mujeres son preordinados a ciertas asignaciones, ella animó a su audiencia: “A medida que lleguemos a comprender las mismas cosas, sentiremos un mayor sentido de misión y más confianza viviendo como una mujer de Dios en un mundo que no necesariamente celebra a las mujeres de Dios”. [53]

Uno de los valores de integrar las voces y experiencias de las mujeres con temas específicos es que, a menudo, las mujeres pueden ilustrar una aplicación de principios enseñados por los líderes del sacerdocio, al agregar su propio entendimiento e ideas adicionales al “aplicar las escrituras [a sí mismas].” [54] Drusilla Hendricks es un ejemplo perfecto de cómo uno puede ejercitar su testimonio y comprensión del evangelio en una situación difícil. Ella conocía el principio del sacrificio de Abraham, también entendía el principio de la revelación al orar desesperadamente buscando una respuesta. [55] En el año 1996, Chieko N. Okazaki habló en la conferencia general sobre la unidad en medio de la diversidad, testificando de cómo aprendió a edificar sobre un cimiento firme a pesar de la discriminación racial. [56] La aplicación de los principios del evangelio es valiosa por sí misma, y enseña a los estudiantes a cómo hacer sus propias aplicaciones mediante los ejemplos de estas mujeres. Las palabras de estas mujeres indican la forma en que la gente aplica las escrituras y la doctrina y usa la teología a través de la experiencia y práctica personal.

Historia

At the Pulpit puede y debe usarse al enseñar la historia de la Iglesia, especialmente en el curso de la Fundación de la Restauración que se enseña en las escuelas de la Iglesia y en los institutos. Las mujeres participaron en casi cada evento de la Restauración, y el incluir sus voces brinda un segundo testimonio junto con una perspectiva adicional. Lucy Mack Smith, Elicia Grist y Annie Noble describieron el espíritu de varias oleadas del recogimiento de la casa de Israel mediante la obra misional. [57] Para información histórica sobre las mujeres y los dones espirituales en los primeros días de la Iglesia, refiérase a Elizabeth Ann Whitney o a las minutas de la Sociedad de Socorro en Nauvoo del 19 de abril de 1842. [58] Mary Isabella Horne le habló al Barrio 17 de Salt Lake City el año 1868, recordando su experiencia con las langostas y las gaviotas. [59] Emma Goddard aplicó el principio universal del evangelio del amor fraternal durante la Primera Guerra Mundial, en una conferencia de la AMM en 1918. [60] Otra opción para enseñar es esta: al hablar de un profeta específico, incluya a las mujeres de ese período de tiempo. Así lo hizo en el año 1981 la Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, Elaine A. Cannon, al comenzar su discurso al rendir tributo al “Presidente Kimball y a las Autoridades.” [61]

En conclusión, At the Pulpit, empodera a los hombres y mujeres para comprender la autoridad y el mandato de exponer la verdad y exhortar a la Iglesia. El año 1869 Eliza R.Snow enseñó en la Sociedad de Socorro del Barrio Diecisiete de Salt Lake City: “Hemos recibido instrucciones de que cada uno de nosotros en nuestros organismos está dotado de los [genes] de todos los requisitos de la capacidad para constituir un dios o una diosa". [62] En la conferencia general de abril de 2014, el élder Dallin H. Oaks enseñó claramente que las mujeres participan en le Iglesia con autoridad basada en los llamamientos recibidos de sus líderes del sacerdocio. [63]

Esta autoridad se hace muy clara en las palabras de las mujeres en At the Pulpit, y son palabras para los hombres y las mujeres. En una charla fogonera del SEI el año 1993, Elaine Jack les habló a los jóvenes adultos de esta autoridad espiritual: "'Elegir la vida' solo es posible cuando entendemos que tenemos el poder para hacerlo". [64] Jack llevó a cabo el mismo mandato dado a Emma Smith, de exponer a la Iglesia una exhortación a la verdad. El Presidente Russell M. Nelson hizo eco de este mandato el año 2015, 185 años después de que Emma lo recibiera: “Mis queridas hermanas, sea cual sea su llamamiento, sin importar sus circunstancias, necesitamos sus impresiones, sus reflexiones y su inspiración. Necesitamos que hablen sin reservas y den su opinión.” [65] Son necesarias todas las voces.

Apéndice: Fuentes Selectas de Ediciones Documentales de las Voces de Mujeres (en Orden Cronológico de la Publicación)

[Nota: Todas las publicaciones están en inglés]

Women’s Exponent (1872-1914). Fundado, escrito, publicado y distribuído por mujeres. Inicialmente se publicaba bimestralmente y después mensualmente, bajo la dirección de Lula Green Richards, seguida de Emmeline B. Wells. Está disponible en línea en lib.byu.edu.

Women of Mormondom (1877). Por Edward Tullidge. Tullidge coleccionó los escritos auto- biográficos de mujeres mormonas, llenando los huecos cuando las mujeres sobre las que escribió ya habían fallecido. Incluyó las experiencias de las mujeres y sus palabras en un libro de celebración más grande, insertando sus propias explicaciones hagiográficas. [Elogiosas] Agotado, pero está disponible en línea en archive.org.

Representative Women of Deseret (1881) por Augusta Joyce Crocheron. Crocheron reunió las biografías y autobiografías de veinte mujeres mormonas destacadas, algunos relatos escritos con las propias palabras de las mujeres, algunos otros publicados en el Women’s Exponent y otros escritos por amigos. Agotado, pero disponible en línea en archive.org.

Women’s Voices: An Untold History of the Latter-day Saints, 1830-1900 (1982) por Kenneth W. Godfrey, Audrey M. Godrey y Jill Mulvany Derr. Selecciones de palabras de mujeres arregladas cronológicamente. Agotado

In Their Own Words: Women and the Story of Nauvoo (1994), por Carol Cornwall Madsen. Madsen organizó las experiencias de las mujeres, incluyendo diarios, cartas y reminiscencias, y proporciona un examen a fondo de las mujeres en Nauvoo.

Life Writings of Frontier Women series (1998-2012). Cada tomo contiene escritos personales, material biográfico y anotaciones académicas de mujeres individuales, incluyendo a Mabel Finlayson Allred, Patience Loader Archer, Effie Marquess Carmack, Caroline Barnes Crosby, Margaret E. P. Gordon, Mary Lois Walker Morris, Louisa Barnes Pratt, Mary Haskin Parker Richards, Patty Sessions, Eliza R. Snow, Fanny Stenhouse, Helen Mar Whitney, Helen y Avery Woodruff.

“Give It All and Follow Your Lord”: Mormon Female Religiosity, 1831-1843 (2008) por Janice Johnson. Johnson registra diecinueve cartas de las primeras mujeres SUD, escogidas de los repositorios de archivos en todo Estados Unidos. La correspondencia revela el conocimiento espiritual de las mujeres—dando testimonio del evangelio restaurado—y de sus sacrificios.

Women of Faith in the Latter Days (2011 al presente) Editado por Richard E. Turley Jr, y Brittany A. Chapman [Nash]. Se esperan 7 tomos, tres ya están terminados. Esta serie tiene como objetivo mejorar el conocimiento de las mujeres a través de inspiradoras viñetas, la mayoría de ellas con sus escritos personales. Cada tomo contiene cincuenta capítulos, aproximadamente, con una breve biografía y escritos personales. Los tomos están escritos por una variedad de autores.

The First Fifty Years of Relief Society: Key Documents in Latter-day Saint Women’s History (2016) Editado por Jill MulvanyDerr, Carol Cornwall Madsen, Kate Holbrook y Matthew J. Grow. Esta colección de documentos originales comienza con la revelación dada a Emma Smith en el año 1830 e incluye las minutas completas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo. La mayoría del libro se basa en la fundación de la organización de mujeres e incluye minutas, discursos, correspondencia y artículos de periódicos escritos por hombres y mujeres. Disponible en línea en https://www.churchhistorianpress.org.

The Witness of Women: Firsthand Experiences and Testimonies from the Restoration (2016). Editado por Janiece Johnson y Jennifer Reeder. Este libro presenta experiencias breves, en primera persona, de mujeres conectadas con la Restauración, está organizado por temas e incluye una breve información biográfica de cada mujer.

At the Pulpit: 185 Years of Discourses by Latter-day Saint Women (2017). Editado por Jennifer Reeder y Kate Holbrook. Esta colección de discursos de mujeres cubre del año 1831 hasta el 2016, con unos cuantos discursos de cada década. Los discursos fueron dados por una gama muy amplia de mujeres usando una gran variedad de fuentes y están arreglados cronológicamente. Disponible en línea en: https://www.churchhistorianspress.org.

Notas

[1] Emma Smith fue bautizada por Oliver Cowdery el 28 de junio 1830 en Colesville, Nueva York. Joseph Smith History, 1838-1856, tomo A-1 páginas 30, y 43. En la Biblioteca de Historia de la Iglesia (CHL).

[2] Revelación de julio de 1830 (Doctrina y Convenios sección 25). José Smith organizó oficialmente la Iglesia de Cristo el 6 de abril de 1830. Emma Smith fue bautizada pocos meses después al fin de junio en Colesville, Nueva York. El caos vecinal interrumpió los servicios, y José Smith pasó varios días en la cárcel y en la corte. Al regresar a su casa en Harmony, Pennsylvania, José escribió estas instrucciones para Emma. Ver The First Fifty Years of Relief Society: Key Documents in Latter-day Saint Women’s History editado por Jill Mulvany Derr, Carol Cornwall Madsen, Kate Holbrook y Matthew J. Grow (Sal Lake City: Church Historian’s Press, 2016), páginas 17-21; y de Matthew J. Grow, “Thou Art an Elect Lady: D&C 24,25,26,27" Revelations in Contexthttps://history.lds.org/articles/doctrine-and-covenants-emma-smith?lang=eng,9 January 2013.

[3] An American Dictionary of the English Language, editado por Noah Webster (Nueva York: S. Converse, 1828).

[4] Ver la revelación de julio de 1830; Doctrina y Convenios 25.

[5] Sarah S. Leavitt, autobiografía (1875), páginas 10, 15, Juanita Leone Leavitt Pulsipher Brooks Papers, 1928-1981, Utah State Historical Society, Salt Lake City: ver también Sara Sturtevant Leavitt, “History of Sarah Sturtevant Leavitt,” ed. Juanita Leavitt Pulsipher [Brooks] (texto en máquina, 1919, páginas 8, 12, en CHL; jeremías 20: 9; y 1 Corintios 14:15. Ver de Janiece Johnson y Jennifer Reeder, The Witness of Women: Firsthand Experiences and Testimonies from the Restoration (Salt Lake City: Deseret Book, 2016), páginas 76-77.

[6] Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo, 4 de agosto de 1842, página 77 en CHL; Ver de Derr et al., Fifty Years, página 91.

[7] En la primera reunión de la organización, José Smith leyó en voz alta la revelación dirigida a Emma Smith en 1830 y explicó que “ella fue ordenada, en la misma fecha en que se dio la revelación, para exponer las escrituras a todos; y para enseñar a las mujeres de la comunidad.” Además declaró que "No solo ella, sino otras, pueden obtener las mismas bendiciones". Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo, 17 de marzo de 1842, página 8, en Derr et al., Fifty Years página 32.

[8] Emma Smith sirvió como escribiente mientras José Smith traducía el Libro de Mormón. Ella ayudó a preparar a los primeros misioneros para ese servicio, y ella se reunió con mujeres en Nueva York para orar a favor del Profeta. Escrito por Mark L. Staker “‘A Comfort unto my Servant Joseph’: Emma Hale Smith (1804-1879),” en Women of Faith in the Latter Days, editado por Richard E. Turley y Brittany A. Chapman [Nash], tomo 1 1775-1820 (Salt Lake City: Deseret Book. 2011), páginas 353-356. Ver de John S. Reed. “Some of the Remarks of John S. Reed, Esq, as Delivered before the State Convention,” Times and Seasons 5 núm. 11 (1 junio de 1844), página 551.

[9] Ver el Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo, en la CHL. Para una selección de las enseñanzas de Emma Smith en la Sociedad de Socorro de Nauvoo, váase At the Pulpit: 185 Years of Discourses by Latter-day Women editado por Jennifer Reeder y Kate Holbrook (Salt Lake City: Church Historian’s Press, 2017), páginas 11-14.

[10] Eliza R. Snow, “Sketch of My Life,” 13 de abril de 1883, en de Derr at akl., First Fifty Years, página 266; subrayado en el original.

[11] Para información sobre la Retrenchment Association, ver de Carol Cornwall Madsen, “Retrenchment Association,” en Encyclopedia of Mormonism: The History, Scripture, Doctrine, and Procedure of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, editado por Daniel H. Ludlow (Nueva York: Macmillan, 1992), 3: 1223-1225.

[12] Emmeline B. Wells, “A Representative Woman,” Woman’s Expositor 11 núm. 8 (15 de septiembre de 1882), página 59.

[13] Minutas y Registros de la Sociedad de Socorro del Barrio Lehi, Estaca de Utah, tomo I 1868-1879, 27 de octubre de 1869, página 30 en CHL; Reeder and Holbrook, At the Pulpit página 48; Zina D. H. Young, discourse, 6 de abril de abril de 1889, en “First General Conference of the Relief Society,” Woman’s Exponent 17, núm 22 (15 de abril de 1889): página 173; Derr et al., First Fifty Years, página 569.

[14] Emily S. Richards, en “General Conference Relief Society,” Woman’s Exponent 30, núm. 7 (diciembre de 1901): página 54; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas xxii-xxiii.

[15] Catherine A. Brekus, Strangers and Pilgrims: Female Preaching in America, 1740-1845 (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1998) , páginas 3-8, 10.

[16] Presentación de Brittany Chapman [Nash] en Mormon Women’s Symposium en la Utah Valley University, 2014.

[17] Emmeline B. Wells, “The Jubilee Celebration,” Woman’s Exponent 20, núm 17 (15 de marzo de 1892): página 132.

[18] Edward W. Tullidge, The Women of Mormondom (Nueva York: Tullidge and Crandall, 1877); Augusta Joyce Crocheron Representative Women of Deseret: a Book of Biographical Sketches to Accompany the Picture Bearing the Same Title (Salt Lake City: J.C. Graham, 1884).

[19] R. Scottt Lloyd, “New Book Highlights 185 Years of Women’s Discourses in the Church.” Church News, 1 de marzo de 2017.

[20] Neymar continúa citando cosas sobre la caridad, "recordando siempre que somos humanas y por lo tanto podemos equivocarnos". Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro del Primer Barrio de Beaver, Estaca de Beaver, tomo I, 1868-1878, , 4 de noviembre 1869, páginas 25-26 en CHL.

[21] Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro del Primer Barrio de Beaver, 4 de noviembre de 1869; Reeder and Holbrook, At the Pulpit, páginas 49-50.

[22] Leone O. Jacobs, “Prepare Thy Heart, en Relief Society Annual Conference Proceedings, 1945-1975, el 29 de septiembre de 1949, CHL.

[23] Reeder and Holbrook, At the Pulpit, páginas 145-148.

[24] E. G. Jones, “The Power of Prayer,” Improvement Star 1, núm. 4, periódico manuscrito, de Eleventh Ward YLMIA, re impreso en Woman’s Exponent 10, núm 17 (1 de febrero de 1882); Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 75-77.

[25] Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 75-77.

[26] Lalene H. Hart, “Sensing Responsibility of Office,” en la “Reunión de las Oficiales,” en Relief Society Magazine 20, núm. 5 (mayo de 1933): páginas 271-272; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 131-133.

[27] Elicia Grist, “Address to the Sisters of the Church,” Latter-day Sains Millenial Star 23, núm. 18 (4de mayo 1861): páginas 277-278; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 33-36.

[28] Mary Ferguson, “Essay on Faith: Read at a Meeting of Y.L.A.,” Woman’s Exponent 8, núm. 9 (1 1 de octubre de 1879): páginas 70-71; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 65-68.

[29] Annie D. Noble, en “Fast Meeting,” Young Woman’s Journal 27, núm. 10 (octubre de 1916): páginas 626-627; Emma Goddard, “Thou Shalt Love Thy Neighbor,” el 9 de junio de 1918, en “Addresses at the June Conference: ‘We Stand for Service to God and Country,’” Young Woman’s Journal 29, núm. 8 (agosto de 1918): páginas 434-437; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas páginas 111-120.

[30] La hermana Lucrecia Suárez de Juárez en “Official Report of the First Mexico and Central American Area Conference of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Salt Lake City: Deseret Press, 1973), páginas 82-84; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 176-181.

[31] Jutta Baum Bushe, “The Unknown Treasure,” en Women and the Power Within: To See Life Steadly and See It Whole, editado por Dawn Hall Anderson y Marie Cornwall (Salt Lake City: Deseret Book, 1991), páginas 21-28; Reeeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 233-239.

[32] Irina Kratzer, “Decisions and Miracles: and Now I See, in Arise and Shine Forth: Talks form the 2000 Women’s Conference (Salt Lake City: Bookcraft, 2001), páginas 102-107; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 259-264.

[33] Judy Brummer, “Our Father in Heaven Has a Mission for Us,” (discurso en una charla fogonera el 28 de abril 2012, Salt Lake City, transcripción editada de la grabación en audio, CHL); Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 309-322.

[34] Gladys N. Sitati, “Resolving Conflicts Using Gospel Principles,” ( discurso en la BYU Women’s Conference el 27 de abril de 2016, en Provo, UT, texto mecanografiado , CHL.): Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 341-342.

[35] Elizabeth Ann Whitney, “Adam-ondi-Ahman,” in “A Lead from an Autobiography,” Woman’s Exponent 7, núm. 11 (1 de noviembre de 1878); página 83; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 7-9.

[36] Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro de Nauvoo, del 17 de maro de 1842 al 16 de marzo de 1844, páginas 8-[126], en Derr et al., First Fifty Years, páginas 32-13.; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 11-14.

[37] Minutas de la Senior and Junior Cooperative Retrenchment Association, Salt Lake City, Utah Territory, hojas sueltas, 1871-1874, 11 de octubre de 1872, Cuadragésima Segunda Reunión, [páginas 12-13], CHL; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 55-59.

[38] Lucy Mack Smith, History, 1844-1845, libro 11, página [12] -libro 12, página [2], CHL; Whitney, “Adam-ondi-Ahman”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 3-9.

[39] Véase 1 Timoteo 2:11-12; y de Ann Braude, “Women’s History Is American History,” en Retelling U,S, Religious History, editado por Thomas A. Tweed (Berkely: University of California Press, 1997), páginas 87-107.

[40] Minutas de la Sociedad de Socorro del Barrio Smithfield en la Estaca Cache, tomo I, 1868-1878, 7 agosto 1871, páginas 98-99 en CHL; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 51-54.

[41] Elsie Talmage Brandley, “The Religous Crisis of Today,” Improvement Era 37, núm 8 (agosto 1934); páginas 467-468; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 134-143.

[42] Breckus, Strangers and Pilgrims, páginas 3-8, 10..

[43] Francine R. Bennion, “A Latter-day Theology of Suffering,” en A Heritage of Faith: Talks Selected from the BYU Women’s Conference, editado por Mary E. Stovall y Carol Cornwall Madsen (Salt Lake City: Deseret Book, 1988), páginas 53-76' Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 212-231.

[44] Ardeth G. Kapp, “Drifting, Dreaming, Directing,” en Blueprints for Living: Perspectives for Latter-day Saint Women, editado por Maren M. Mortensen (Provo, UT: Brigham Young University, 1980), páginas 77-88; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 193-203; Linda K. Burton, “Our Sabbath Day Gifts,” (Utah South Area Conference, 13 de septiembre de 2015, Brigham Young University, Provo, UT, texto mecanografiado, CHL); Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 323-330.

[45] Jones, “The Power of Prayer”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 75-77.

[46] Ann M. Cannon, “Prayer,” en la “Conferencia General de la A.M.M.” Young Woman’s Journal 12, núm. 8 (agosto 1901): página 366; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 93-95.

[47] Virginia H. Pearce, “Prayer: A Small and Simple Thing” discurso en la Conferencia de Mujeres de BYU el 28 de abril de 2011, Brigham Young University, Provo, Utah); womensconference.byu.edu/sites/womenconference.ce.byu.edu/files/virginia_pearce.pdf; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 283-294.

[48] Rachel H. Leatham en “Outdoor Meeting,” en la Seventy-Eighth Annual Conference of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (Salt Lake City: Deseret News, 1908), páginas 81-82; Reeder y Holbrookm At the Pulpit, páginas 102-105.

[49] Annie D. Noble en “Fast Meeting,” Young Women’s Journal 27, núm. 10 (octubre 1916): páginas 626-627; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 111-113.

[50] Kratzer, “Decisions and Miracles”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 259-264.

[51] Grist, “Address to the Sisters of the Church”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 33-36.

[52] Mary A. Freeze, “Our Mission: Read before the Conjoint Meeting of the M.I. Associations of the 11th Ward S.L. City, ene 1879,” Woman’s Exponent 7, núm 20 (15 marzo 1879) página 209; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 63-65.

[53] Sheri Dew, “Knowing Who You Are—And Who You Have Always Been” ( discurso en BYU Women’s Conference, 4 de mayo 2001, Brigham Young University, Provo, UT), womensconference.byu.edu/sites/womenconference.ce.byu.edu/files/dew_sheri_2.pdf; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 265-275.

[54] 1 Nefi 19:23.

[55] Libro de Minutas de la Sociedad de Socorro de la Rama Smithfield, 7 de agosto 1871, páginas 98-99; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 51-54.

[56] Chieko N. Okazaki, “Baskets and Bottles, Ensign, mayo de 1996, páginas 12-13; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 253-258.

[57] La Historia de Lucy Mack Smith; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 3-5; Grist, “Address to the Sister of the Church”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 33-36; Noble, “Fast Meeting”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 111-113.

[58] Whitney, “Adam-ondi-Ahman”; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 3-9; Nauvoo Relief Society Minute Book, 19 de abril 1842, [páginas 30-33]; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 15-19.

[59] Minutas de la Sociedad de Socorro del Barrio 17 de Salt lake City, Estaca Salt Lake, tomo 2, 1868-1871, 30 julio 1868, páginas 97-98. CHL; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas37-39.

[60] Emma Goddard, “Thou Shalt Love Thy Neighbor,” en “Discursos en la conferencia de Junio: “We Stand for Service to God and Country,” Young Woman’s Journal 29, núm. 8 (agosto 1918): páginas 434-437; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 115-120.

[61] Elaine A. Cannon, “Season of Awakening,” New Era, julio de 1981, páginas 9-12; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 204-211.

[62] Minutas de la Sociedad de Socorro del Barrio 17 de Salt Lake City, Estaca Salt Lake, tomo 2, 1868-1871, 18 de febrero 1869, páginas 148-152, CHL; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 41-45.

[63] Dallin H. Oaks, “Las Llaves y la Autoridad del Sacerdocio,” Liahona, mayo de 2014.

[64] Elaine L. Jack, “Get a Life,” en Brigham Young University 1992-1993 Devotionals and Fireside Speeches (Provo, UT: Brigham Young University, 1993), páginas 47-55; Reeder y Holbrook, At the Pulpit, páginas 238-252.

[65] Russell M. Nelson, “Una Súplica a mis Hermanas,: Liahona, noviembre de 2015.