La experiencia mormona en Kalaupapa
Fred E. Woods
Fred E. Woods es profesor de doctrina e historia de la Iglesia en BYU.
Este artículo ofrece una visión de la fascinante historia de un asentamiento único en la isla Hawaiana de Moloka’i conocida como Kalaupapa. [1] Allí, los pacientes afectados por la lepra (ahora conocida como la enfermedad de Hansen) fueron forzados a separarse de la sociedad, pero trabajando juntos, forjaron una comunidad amorosa y unida de la cual emergió un espacio sagrado.
En 1969, el mismo año en que Neil Armstrong dio un paso gigantesco hacia la luna, el Consejo de Salud Pública de Hawai’i finalmente tomó las medidas para terminar de manera permanente el aislamiento de los pacientes; pero muchos decidieron seguir allí. El libro ayuda a explicar el por qué quisieron quedarse y enfatiza la experiencia mormona que se encontró en ese lugar santificado.
En el año 1980, el Departamento del Interior y el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos establecieron el Parque Histórico Nacional en Kalaupapa para preservar los edificios y la herencia históricos de esta comunidad especial. Una de las condiciones para la creación del parque fue que los pacientes podrían vivir en Kalaupapa por todo el tiempo que quisieran y que se protegerían su estilo de vida y su privacidad. El año 2016 marcó el sesquicentenario del momento en que la primer docena de “internos” fueron enviados a esa prisión isleña.
Sentí el impacto de Kalaupapa mucho antes de que fuera allá. Mi esposa, JoAnna, y yo habíamos estado investigando las Islas Hawaianas en preparación para un viaje de exploración y de aniversario a O’ahu en el año 2003. Le pregunté a donde le gustaría ir después de que se terminara mi investigación, y me contestó: “no me importa lo que hagamos, pero debemos visitar Kalaupapa.” Como ha sido nuestra costumbre, su comentario me puso al inicio de una apasionada década de investigación y cambió nuestra vida para siempre.
El llegar a esa remota península fue una gran aventura. Se requirió un viaje a lomo de mula para bajar de los acantilados de mar más altos del mundo. [2] Al fin pudimos oír el estruendoso golpeteo de las olas del Pacífico golpeando contra la costa norte, y suspiramos profundamente por haber llegado con bien. Nuestra pequeña caravana se dispersó en la península de tierra firme de cuatro millas de largo que algún día yo consideraría como consagrada.
Alcance de los Esfuerzos Documentales
A través de los años la frase “los Santos en Kalaupapa” ha llegado a tener un significado más amplio para mí, hasta llegar más allá de mi idea de los Santos de los Últimos Días (mormones) que residen en ese asentamiento. Con frecuencia he pensado en la comunidad como un todo y en la composición general de su bondad interna. Entre otras cosas, he aprendido que la traducción literal de Kalaupapa se puede presentar como “llano plano” u “hoja plana.” [3] En cualquier caso he descubierto, mediante mucha lectura, muchas entrevistas, y a través de múltiples encuentros personales que Kalaupapa es una experiencia de igualdad: uno cruza los límites de sus propias creencias reconocidas y su etnicidad, hacia un mayor reino de hermandad y compasión. Porque es en Kalaupapa donde las denominaciones y las divisiones políticas se desvanecen; en donde el amor de Dios y a la humanidad se manifiestan de una manera verdaderamente sublime.
Después de más de una década de investigación, entrevistas, expediciones y contemplación, creo que he descubierto los secretos del asentamiento. Es el relato de comunidad—comunidad como no hay otra en el mundo—no un espacio dividido por fronteras o barreras o cercas y encierros, sino un lugar que invita a cada raza y religión, a cada color y credo. Kalaupapa es la prueba de que es posible la comunidad, aunque no sin un precio. El costo fue el sufrimiento, el sufrir juntos.
Mis experiencias y mis investigaciones me impulsaron a escribir el recién publicado libro Kalaupapa: The Mormon Experience in an Exiled Community. Este libro revela el impacto que la comunidad de Kalaupapa tuvo en los pacientes mormones que vivieron allí o que visitaron ese asentamiento y revela que sus experiencias fueron muy similares a las de otros que tuvieron algún contacto con ésta especial península de espacio sagrado, sin importar su raza o su religión. Lo que hace que este libro sea especial es que es el primer libro que se ha escrito que hace énfasis en la experiencia mormona en Kalaupapa pues el número de miembros de la Iglesia formaron entre el 10 y el 20 por ciento de la población total de pacientes durante la época en que fue una institución activa. También muestra la forma en que este espacio sagrado afectó a las personas que estuvieron en contacto con esta comunidad extraordinaria.
Metodología
Este libro se basa en gran medida en las fuentes históricas primarias a fin de que los lectores puedan capturar la auténtica voz histórica del pasado, pero sobre todo el toque divino de Kalaupapa. Para asegurar que se experimente dicho toque, el libro contiene extractos de decenas de entrevistas para capturar el mensaje de personas de todos los aspectos de la vida que fueron conmovidos por la experiencia en Kalaupapa ya fuera como pacientes en la institución o por quienes solamente han visitado este territorio sagrado.
Los Temas de la Caridad, el Servicio y Comunidad
La caridad y el poco común servicio prestado en Kalaupapa es importante en cualquier época y sirve como recordatorio de la importancia de construir puentes en vez de barreras, de encontrar terreno común en vez de un campo de batalla, y en valorarse el uno al otro a pesar de la raza o la religiosidad. Proporciona una ilustración vívida para que los Santos de los Últimos Días y otros no solamente se tomen de la mano, sino que vean más allá del círculo de la comunidad de su religión y abracen el mensaje universal de amarnos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias. Esta filosofía ecuménica de inclusión parece ser desesperadamente necesaria en un mundo que sufre de enfermedades sociales como el egoísmo, el orgullo, la intolerancia y de prejuicios. Además, se espera que el mensaje de la comunidad en Kalaupapa sirva como recordatorio de la urgente necesidad que todos tenemos de generar luz en vez de calor y para aplicar la máxima latina: “En lo esencial, la unidad; en lo no esencial, la libertad; y en todas las cosas, la caridad.”
Notas
[1] - Kerri A. Inglis Mo’i Lepera: Disease and Displacement in Nineteenth-Century Hawai’i (University of Hawai’i Press: 2013), página xiii. En su libro la autora Inglis por lo general usa la definición estricta de Makanalaua para la península de la costa norte de Moloka’i. Sin embargo, yo prefiero usar el nombre común más conocido de Kalaupapa al referirme a la península entera; aunque el nombre tradicional es correcto técnicamente, para referirse a toda la península de Makanalua, la que se conforma de tres distritos (ahupua’a): Kalawao al oriente, Makanalua en el centro, y Kalaupapa al occidente.
[2] - Estos acantilados tienen casi dos mil pies [600 metros] de altura.
[3] - Emmett Cahill, Yesterdady at Kalaupapa (Honolulu: Editions Limited, 1990), página 2.