1839 el éxodo forzoso de los santos de Missouri

William G. Hartley

 William G. Hartley es profesor emérito de historia en la Universidad Brigham Young.

Escondido entre los capítulos populares de la Historia de la Iglesia acerca de la cárcel de Liberty y Nauvoo, hay un capítulo poco conocido pero sumamente importante, acerca de los siete meses de lucha de los Santos de los Últimos Días por sobrevivir el invierno de 1838-1839 en Missouri y por salir de allí para la primavera de 1839. Iniciada por la orden de exterminio girada contra ellos en octubre de 1838 por el gobernador de Missouri, Lilburn Boggs, algunos diez mil Santos participaron en un éxodo masivo, muchos fueron a Quincy, Illinois. Fue difícil, dramático y a veces terrrible, y sólo organizado parcialmente. Sus duras experiencias causaron impactos permanentes —de corto y largo alcance— en Missouri e Illinois, en el curso de la historia de la Iglesia, y en los miembros individuales. [1]

El éxodo de los Santos de Missouri se efectuó principalmente durante el invierno e involucró cuatro lugares principales: Far West, Missouri; Quincy, Illinois; una red de caminos entre esas dos ciudades; y los llanos lodosos del Río Mississippi al otro lado de Quincy. Debido a que José Smith estaba en prisión durante el éxodo, la atención aquí se enfoca en los padres de José Smith, en su esposa Emma, en los élderes Brigham Young y Heber C. Kimball y en cuatro familias selectas: la familia de John y Caroline Butler, la familia de Newel y Lidia Knight, la familia de Daniel y Martha Thomas y en la familia de Levi y Clarissa Hancock.

Se les Ordenó Salir

El 27 de octubre de 1838, tres días después de que las milicias de Missouri y mormona se enfrentaran en la batalla del Crooked River, el gobernador Boggs, emitió la infame orden de exterminio. A sus líderes militares les ordenó: “Los mormones deben ser tratados como enemigos y ser exterminados o expulsados del estado, si fuera necesario, por el bien público.” [2] Cuatro días después, esa orden llegó a los líderes y a los miembros de la Iglesia en el noroeste de Missouri. En esas fechas, unos diez mil mormones estaban concentrados en dos condados particulares. Su principal asentamiento era Far West en el Condado Caldwell. Para entonces, Far West tenía una población de cinco mil Santos aproximadamente, y otros cinco mil vivían en al menos otras diecinueve comunidades Santo de los Últimos Días en el Condado Caldwell. En el Condado Daviess, al lado norte del Condado Caldwell, los Santos habían empezado a construir alguna ciento cincuenta casas de troncos en Adán-ondi-Ahmán, y en total, unos mil quinientos Santos vivían en el Condado Daviess. [3]

Para octubre de 1838, Newel y Lydia Knight y sus tres hijos eran parte de los Santos que vivían en o cerca de Far West, que era la ciudad sede de la Iglesia. Pertenecían a una extensa familia presidida por Joseph Knight senior, quien se convirtió al mormonismo en el estado de Nueva York en 1830, el año en que se organizó la Iglesia. Eran doce familias con más de sesenta almas, con los apellidos Knight, DeMille, Peck, Slade, Culver y Stringham. Newel, El hijo de Joseph Knight, era amigo cercano de José Smith— el Profeta había efectuado su matrimonio con Lydia en Kirtland— y no tenía seguidores más fieles que Newel y Lydia. [4]

El 1 de noviembre trajo sufrimiento para todos los Santos en Far West. Newell y todos los hombres en la ciudad tuvieron que entregar sus armas. Al día siguiente, las tropas de Missouri trajeron al pueblo, en carromatos, a José y Hyrum Smith y a otros cinco prisioneros para que recogieran efectos personales y para que dijeran adios. Entonces, trescientos militares los escoltaron para encarcelarlos hasta que enfrentaran un juicio. Ese mismo día, los hombres Santos de los Últimos Días fueron reunidos en la plaza pública y, a punta de bayoneta, uno por uno firmaron documentos en los que daban sus tierras al estado de Missouri para pagar por los costos de la “Guerra Mormona.” El 6 de noviembre, los soldados tomaron más prisioneros y les ordenaron a todos los Santos que salieran de Missouri para la primavera. [5] Mientras tanto, una fuerza militar se dirigió a Adán-ondi-Ahmán, hizo que los mormones se rindieran, y el 10 de noviembre les dieron diez días para que se reubicaran en Far West o en cualquier otra parte del Condado Caldwell. [6]

Los Soldados Mormones Escapan Primero

En el éxodo, los militares mormones fueron los primer en salir —o mejor dicho escapar—. John Lowe Buttler, de treinta años de edad, y su esposa Caroline, de veintiséis, que se habían convertido tres años antes en Kentucky, vivían en Mirabile al sur de Far West con sus cuatro hijos. John, alto y fuerte, había peleado contra los de Missouri que trataron de evitar que votaran los mormones. Participó con la milicia mormona que luchó en la batalla del Crooked River. Debido a que la milicia de Missouri lo quería arrestar, huyó de su casa el 2 de noviembre, dejando que Caroline y los niños se defendieran lo mejor que pudieran. Escabulléndose entre “la guardia,” tuvo que cruzar un arroyo quitándose la ropa y cruzando el agua “bastante fría.” Luego, durante días, tuvo que ser muy cuidadoso para evitar ser capturado. Mientras viajaba hacia el este, algunas veces se escondió en las casas de los miembros. John era uno de docenas de militares mormones que huyeron de Missouri durante el mes de noviembre. Ellos fueron la primera oleada del éxodo. [7]

La manera más corta para salir del estado era el viajar hacia el norte unas sesenta u ochenta millas hasta las regiones no colonizadas del actual estado de Iowa. Los líderes de la Iglesia le dijeron al fugitivo Charles C. Rich que “huyera hacia el norte y que juntara a todos los hermanos que encontrara y que habían estado en la batalla del Crooked River.” Así que él y otros salieron de Far West a la medianoche del primero de noviembre. En Adán-ondi-Ahmán los miembros de la Iglesia les dieron provisiones. Se organizaron en una compañía con Rich como su capitán. Sabiendo que los buscaba la milicia de Missouri, “se encaminaron hacia Iowa por el desierto” soportando el frío y la nieve con “muy poco para comer.” Entre los veintiocho hombres de ese grupo estaban Samuel Smith, y Phineas y Lorenzo Young. Samuel dijo que viajaron “por la ruta más escondida” que pudieron encontrar. Se les acabaron las provisiones y estaban tan débiles que no podían continuar, así que tuvieron un concilio y oraron para saber a donde podían ir a cazar. Tomando la dirección que les fue mostrada por el Espíritu, Samuel y otros dos hombres encontraron una tienda india en la que una mujer coció pan para toda la compañía. [8] Después de once días de viaje, llegaron a unos “asentamientos de blancos en el Desmoine River” en Iowa. Lorenzo dijo que sus pantalones estaban tan rasgados a causa de los matorrales que se rehusó a presentarse ante los de Iowa, hasta que alguien le trajera unos pantalones mejores. [9] Los hombres se dividieron en dos grupos para evitar llamar la atención. [10] Cruzaron el helado Río Mississippi, algunos en Quincy, en donde Charles C. Rich dijo: “Encontramos amigos y fuimos recibidos bondadosamente.” [11]

Otra media docena de soldados mormones dirigidos por Dimick Huntington salieron por separado. Cuando menos un hombre escapó hacia el oeste rumbo a Fort Leavenworth. Algunos se fueron furtivamente rumbo al sur hasta el Río Missouri en donde consiguieron pasaje para St Louis. [12] La ruta de escape de John Buttler aparentemente fue a través del norte de Missouri. A caballo, junto con su paisano David Lewis y con Elías Higbee enfrentaron el frío y las nieves de diciembre con muy escasa comida hasta que llegaron a Quincy, Illinois. Por las veredas primitivas de Missouri, la distancia desde Far West hasta Quincy eran cerca de 180 millas. En Quincy, donde vivían algunos miembros de la Iglesia, John enseñó en la escuela por un corto tiempo. Un anciano que simpatizaba con los Santos necesitados lo contrató para que le enseñara a sus hijos, a sus nietos y a los hijos de sus vecinos. John contaba el tiempo hasta que su familia, su madre y sus hermanos pudieran juntarse con él en Quincy. [13]

Un Difícil Invierno de Espera

Durante noviembre de 1838, las colonias de Santos de los Últimos Días en los condados de Caldwell y Daviess soportaron una ocupación militar. “No se nos permitía salir de Far West” dijo Anson Call, “salíamos solamente para juntar leña. No teníamos el privilegio de ir a juntar nuestro ganado ni nuestros caballos.” [14] Newel Knight hizo notar que como los Santos no tenían armas, fueron presa fácil de pequeños grupos de hombres armados “que insultaban a nuestras mujeres, se llevaban nuestros animales y nos saqueaban.” Para él, “parecía que todo el infierno se levantó para hacernos daño.” [15] Reed Peck, el primo de Newel, dijo que “algunos caballos, carretas y muchas otras cosas les fueron robadas a los mormones por algunos de los militares que eran lo suficientemente villanos para saquear.” [16] Para fines de noviembre, la mayoría de los sembrados alrededor de Far West estaban sin cosechar, y las papas que todavía estaban en la tierra “se congelaron”. Los soldados “rebuscaron” en las casas, dijo Albert Rockwood, y “nuestras ovejas. cerdos, y caballos fueron arreados delante de nuestros ojos por los de Missouri que vinieron en grupos pequeños pero bien armados.” [17]

En el vecino condado de Daviess, la milicia de Missouri ordenó que todos los Santos salieran y les concedió, a William Huntingon y a otros once hombres, cuatro semanas para que juntaran todos sus animales, sus carretas y todas sus pertenencias personales. Huntington calculó que los Santos perdieron en el Condado de Daviess cerca de treinta mil fanegas de maíz a causa de la expropiación por la milicia. [18]

Far West estaba muy mal preparada para convertirse en el centro de refugio para los Santos desplazados por la milicia de Missouri. Los alimentos eran escasos y las casas muy inadecuadas. Quienes llegaban de fuera de Far West sufrieron mucho porque, según escribió John Greene, “nos habían robado nuestro maíz, trigo, caballos, ganados, vacas, cerdos, casas y hogares, y en realidad, todo lo que hace que la vida sea tolerable.” [19] El 9 de noviembre, el periódico Missouri Republican Daily reportó que la situación de los Santos era “un caso de gran dificultad” porque “generalmente son pobres” y se enfrentan a la hambruna. “Y ¿A donde se les debe mandar?” preguntó el periódico. “Son más de cinco mil personas — sin recursos y literalmente son limosneros— y arrojados sobre las obras benéficas de Illinois, Iowa o Wisconsin.” Joseph Holbrook, de treinta y dos años, dijo que su esposa Nancy “tuvo muy mala salud” durante ese otoño e invierno a causa de estar expuesta a “un clima inclemente por haber tenido que ir de un lugar a otro ya que quemaron nuestra casa y tuvimos que buscar una casa en donde quiera que nuestros amigos nos pudieran acomodar y por mi seguridad.” Los Santos que estaban en “condiciones prósperas apenas hace unos meses,” dijo, “ahora estan desamparados. Yo podía haber tenido unos dos mil dólares pero ahora me quedan apenas una yunta de bueyes y dos vacas.” [20]

Dos familias se mudaron con la familia de Newel Knight. “Muchos no podían conseguir casas,” dijo Newel “y debían refugiarse en carretas, en tiendas o bajo las cobijas y mientras estaban en esa situación tuvimos una tormenta de nieve muy severa que causó que su sufrimiento fuera muy intenso.” Un acre de terreno enfrente de la casa de Lucy Mack Smith estaba “completamente llena de camas, tendidas en el sol, en las que las familias se vieron obligadas a dormir, expuestas a todos los tipos de clima.” Las casas en Far West estaban tan llenas, dijo la mamá Smith, que las personas no podían conseguir alojamiento. “Era muy doloroso ver a los niños enfermos, con resfríos, y llorando alrededor de sus madres pidiéndoles comida, a la vez que sus padres no tenían los medios para confortarlos.” [21]

Los inviernos en el noroeste de Missouri pueden ser muy severos. Durante noviembre y diciembre, Joseph C. Kingsbury y su esposa Caroline, tenían dos años de casados, vivieron en una cabaña pequeña y con muy escasas provisiones. Caroline sufría de hidropesía, o sea de inflamaciones muy dolorosas, y el frío intensificaba su dolor. [22] Aroet Lucius Hale, de diez años de edad, recordó que mientras su papá estaba ayudando a otros, “mi querida mamá estaba enferma acostada en la caja de una carreta en una carpa.” [23] James Carroll dijo que él y su familia tuvieron que permanecer en “una estructura descubierta durante el tiempo de frío cuando la nieve caía a torrentes y soplaba sobre nosotros durante la noche y nosotros con nuestros pequeños teníamos que salir de las camas mientras que ell[os] estaban cubiertos por la nieve que entraba en la estructura por el norte y tuvimos que soportarlo.” [24] William F. Cahoon dijo, “ Mi familia y yo sufrimos mucho a causa del frío y del hambre porque la guardia no nos permitía salir para buscar leña o provisiones.” [25]

Después de que su esposo John partió, Caroline Buttler enfrentó tres tareas muy difíciles. Estaba preocupada porque no sabía si su esposo había salido de Missouri o había sido capturado. Tenía que alimentar a su familia aunque les habían quitado el maíz que habían sembrado en su granja y que los vigilantes callejeros les impidieron cosechar. Posteriormente, presentó una demanda por la pérdida de 240 acres de terreno, tres yuntas de bueyes, una cosecha de maíz y por algunos cerdos. La tercera tarea de Caroline era encontrar la manera de mudar a su familia y sus posesiones fuera de Missouri antes de la primavera. Caroline dijo que durante el invierno, José Smith le pidió Emma que le mandara colchas o ropa de cama. “La hermana Emma lloró y dijo que [los ladrones] le habían quitado toda su ropa de cama, con excepción de una sábana y una colcha, y ¿que podría ella hacer? Así que Caroline y otras hermanas le dijeron a Emma que le mandara a José las que tenía, lo cual hizo, y ellas le dieron cobijas para su familia. [26]

Fracasan las Negociaciones para Detener el Éxodo

Algunas opiniones en el sur del estado decían que los mormones no tendrían que salir. El editor del peródico The Missouri Argus dijo el 20 de diciembre de 1838 que “no pueder ser echados fuera del los límites del estado— eso es seguro. Si lo fueran, sería actuar con crueldad extrema . . . . Si deciden quedarse, debemos estar contentos. Ya ha pasado el día en que grupos de hombres puedan ser declarados ilegales, y ser arrojados de la sociedad hacia el desierto sin protección. . . . El refinamiento y la caridad de nuestra época no lo tolerarían. . . . La misericordia debe ser la consigna— no la sangre, no el exterminio, ni la miseria.”

En diciembre de 1838 y enero de 1839, la legislatura estatal de Missouri rechazó, con un voto muy cerrado, revertir la orden de exterminio del gobernador Boggs. [27] Eso hizo que a los Santos no les quedara otra opción más que salir de Missouri lo más pronto posible.

Comité para el Traslado

Cientos de personas no tenían los medios para salir. “Muchos fueron despojados de sus ropas y cobijas,” según lo reportó John P. Greene, y “muchos sin ganado, caballos, o carretas, no tenían medios de transporte.” [28] Para brindarles ayuda se necesitaba liderazgo. El 16 de enero, la Primera Presidencia, que estaba encarcelada, le mandó instrucciones a Heber C. Kimball y Brigham Young que decían: “Puesto que estamos en prisión. . . . el manejo de los asuntos de la Iglesia se delega en ustedes, o sea en los Doce. . . . asignen al más antiguo de entre los Doce, quien haya sido nombrado primero, para que sea el presidente de su quórum.”

Brigham Young era el Apóstol mayor, por lo tanto era el oficial presidente de la Iglesia en el campo. Los Santos de Far West se congregaron en una reunión pública el 26 de enero para tomar las medidas para acelerar la salida del estado, dada la “imposibilidad aparente” de mudarse “como consecuencia de la pobreza extrema de muchos.” [29] Se formó un comité de siete hombres para que averiguaran cuántas personas necesitaban ayuda y que tanta ayuda podrían dar los miembros a quienes la necesitaran.[30] El 29 de enero se efectuó una segunda reunión en la que el comité dio un reporte parcial, después de lo cual, Brigham Young propuso que los Santos “hicieran convenio de apoyarnos mutuamente a lo máximo de nuestra capacidad para mudarnos del estado, y que nunca abandonaremos a los pobres que sean dignos” hasta que estén a salvo fuera del estado. Casi trescientos hicieron ese convenio y firmaron compromisos. [31]

William Huntington encabezó un Comité de Traslado. Sus siete miembros, muy pronto se aumentaron a once, y acordaron mudar primero a las familias de la Presidencia y de los otros prisioneros.[32] El Comité evaluó las necesidades y consideró las solicitudes de ayuda. Juntaron donaciones de muebles, implementos para granjas, y dinero de la venta de las granjas. [33] Mandaron agentes rumbo al este a fin de que depositaran maíz para el uso de los Santos en el camino, para contratar los transbordadores y para buscar la seguridad para los viajeros. [34] En tanto que fue posible, los Santos usaron los caminos que ya existían, aunque algunos se desviaron para evitar problemas con los residentes locales o para evitar el ser reconocidos. Una ruta más alta iba directamente al este saliendo de Far West, una ruta inferior iba hacia el sureste saliendo de Far West y entonces al este pasando por los pueblos de Keytesville y Huntsville. Las dos rutas se unían al suroeste del pueblo de Palmyra, veinte millas al sur de Quincy. De allí los refugiados tenían que cruzar los ríos Fabius Norte y Sur y las ciénegas para llegar al Mississippi opuesto a Quincy. [35]

El 11 de febrero, el comité aceptó las solicitudes de ayuda, y al día siguiente asignaron a Theodore Turley para “supervisar los equipos que se habían dispuesto para la mudanza de los pobres.” El plan era que algunas carretas fueran hacia el este, que descargaran a los pasajeros y sus pertenencias en el Mississippi, y que regresaran vacías para ayudar a otros a salir. El 19 de febrero el comité envió a Charles Bird a que visitara el Condado de Caldwell y a William Huntington a Far West para determinar cuantas familias aún necesitaban ayuda para salir y a la vez pedir los medios para ayudarles. [36] Con la aprobación de José Smith, los líderes en Far West decidieron vender propiedades de la Iglesia en el Condado de Jackson para ayudar a juntar dinero para el éxodo. También fueron enviados tres hombres para localizar posibles lugares para colonizar arriba del Río Mississippi en Illinois. [37]

Los élderes Young y Kimball estuvieron en contacto constante con la encarcelada Primera Presidencia por correspondencia, mensajeros y visitas. El 7 y 8 de febrero ambos hombres visitaron la cárcel de Liberty y regresaron a Far West. El élder Young, cuando sintió que su vida parecía estar en peligro, salió de Far West rumbo a Illinois el 14 de febrero, pero el élder Kimball continuó para ayudar con los traslados. [38]

Salida de Missouri

Los Santos tenían hasta los fines de marzo para salir de Missouri, pero empezaron a salir en serio durante enero. Las cinco razones siguientes ayudan a entender el por qué los Santos se mudaron durante el invierno: (1) durante enero, se presentaron patrullas armadas y amenazaron a los Santos, por lo que en la reunión pública del 26 de enero, la gente estuvo de acuerdo en empezar a mudarse inmediatamente; (2) se les había dicho a los Santos que José Smith no sería liberado de la prisión mientras ellos no salieran de Missouri, así que mientras más pronto lo hicieran, sería mejor; [39] (3) a los individuos se les estaban acabando la comida y las mercancías; (4) durante febrero, Far West tuvo períodos de clima que parecían ser favorables para viajar; y (5) las carretas que iban a Illinois y que regresaban para llevar a otros tardaban de cuatro a seis semanas para hacer los dos viajes antes de la fecha límite a finales de marzo.

El éxodo no tuvo caravanas de carretas grandes y organizadas. Los refugiados se mudaron en lo individual, como familias, o en pequeños grupos de carretas tan pronto como estuvieron listos. Y como alguien dijo, quienes se mudaron durante el invierno viajaron en “clima frío y con ropas muy ligeras y provistos de escasas provisiones.” [40] Las mujeres que no tenían a sus esposos pasaron mayores dificultades que las que si los tenían.

Los Traslados de Enero

Albert Rockwood y su familia salieron de Far West el 10 de enero junto con otra familia. Su difícil viaje hasta el Río Mississippi les tomó doce días: “Tuvimos nieve y lluvia todos los días menos en dos. Traíamos cargas pesadas, y teníamos que caminar de dos a ocho millas cada día en medio de lodo y agua, acampamos al aire libre en el suelo mojado tres noches antes de llegar cerca del río. . . . El río se congeló y nos vimos obligados a acampar cerca del río durante tres días y sus noches antes de que pudiéramos cruzar en bote, traíamos seis carretas en ese tiempo.” [41]

Para mediados de enero, los Santos estaban saliendo diariamente de Far West . [42] Joseph Holbrook y otros dos hombres, a fin de escapar “de quienes que nos querían hacer daño,” salieron durante la noche del 20 de enero. Holbrook dejó atrás a su esposa Nancy, que una semana después daría a luz a su cuarto hijo, y a tres niños de siete, cinco y dos años de edad. Joseph y sus amigos viajaron a pie. Llegaron a Quincy el 29 de enero “y con la ayuda de Dios y sus bendiciones, otra vez nos hallamos en una tierra de libertad.” Holbrook observó que “los hermanos estaban llegando continuamente a Quincy y venían de Missouri al igual que yo.” [43] A fines de enero, Ebenezer Robinson y otros tres hombres caminaron de Far West a Quincy “en medio de la nieve.” [44]

En enero, unos hombres de Missouri, le dieron a Levi Hancock, uno de los siete presidentes de los Setenta, tres días para salir. Así que Levi “usó un torno de pedales e hizo dos ejes” y construyó un carretón. La familia lo llenó de maíz. Mosiah, el hijo de Levi, de casi cinco años de edad recordó: “La nieve era tan profunda que me llegaba a la mitad del muslo, estaba descalzo, y solo traía la camisa.” Engancharon a su caballo “old Tom” al carretón y, dijo Mosíah, “papá conducía el carretón y llevaba su rifle al hombro. Mamá seguía al carretón llevando en sus brazos a mi hermanito Francis Marion.” Descalzo, Mosiah trataba “de seguir sus huellas.” Una niña, Amy, iba en el carretón y se sentía mal porque los demás “tenían que caminar en la nieve.” [45] Acamparon en el Río Mississippi, y “¡Que noche tan fría fue esa!” Mosiah recordó:

A la mañana siguiente el río estaba cubierto de hielo; grandes trozos de hielo sobre el río, y estaba muy resbaloso y claro. Esa mañana cruzamos a Quincy, Illinois. Siendo que yo andaba descalzo y el hielo era tan áspero, me tambaleaba mucho. Finalmente pudimos cruzar, y estuvimos muy contentos, porque antes de que llegáramos al otro lado, el río empezó a crecer y a romperse. Papá me dijo: “Corre Mosiah,” y ¡yo corrí! Apenas habíamos llegado al lado opuesto cuando el hielo se empezó a quebrar y amontonarse en grandes trozos, y ¡el agua empezó a brotar! [46]

Relatos de Febrero

La Familia Murdock. La migración se hizo más intensa en el mes de febrero. La familia de John Murdock salió el 4 de febrero sin “ningún tiro o animal o carruaje de alguna clase.” Pusieron a la señora Murdock y el menaje de casa en la carreta de un hermano Humphrey. John y su hijo Orrice caminaron. Tres días después llegaron a De Witt, en donde vendieron un título de propiedad y compraron una yunta de bueyes por $25.00 y una carreta por $30.00. Volvieron a salir el 14 de febrero y llegaron al Mississippi dos semanas después, el 1 de marzo, en donde acamparon y esperaron más de una semana. [47]

La Familia Smith. Los padres de José Smith trataron de salir a principios de febrero, pero, dijo Lucy, “tan pronto como habíamos puesto nuestras cosas en la carreta, vino un hombre y nos dijo que la familia de Sidney Rigdon estaba lista para partir, y que debía usar la carreta inmediatamente. En consecuencia, sacaron nuestras cosas.” Esperaron hasta que otro tiro pudo venir por ellos. “Pusimos nuestras cosas en la carreta por segunda vez, pero necesitaban la carreta para Emma y su familia, así que sacamos nuestras cosas otra vez.” [48] Stephen Markham, miembro del Comité de Traslado, le ayudó a salir el 7 de febrero a Emma Smith. Llegaron a las riveras del Mississippi en ocho días y encontraron que el río estaba congelado. Emma cruzó cuidadosamente por el hielo, caminando separada de la carreta. Llevaba cargados a dos niños mientras otros dos se sujetaban de su falda. Atadas a su cintura había bolsas pesadas que contenían los documentos de José. [49] El hermano Markham condujo la carreta de regreso a Far West para sacar a otros.

Anson Call. A mediados de febrero, Anson Call se dirigió al este. “El clima estaba frío y severo, y la nieve tenía una profundidad de un pie. La primera noche, nuestra carreta se volteó en un arroyo. El segundo día tuvimos que cruzar una pradera muy grande, y no nos fue posible llegar a la colonia. Fue una noche muy fría y tempestuosa.” Pusieron ropa sobre el tiro de la carreta para hacer una tienda y pusieron sus camas por debajo. A medida que avanzaban encontraron “lugares para fogatas y postes para tiendas que ya estaban puestos por casi todo el camino de allí en adelante,” aparentemente fueron puestos por el Comité de Traslado. [50]

Las Familias Young y Kimball. Brigham Young, estando en peligro a causa de los anti-mormones, se unió al éxodo el 14 de febrero. Él ayudó a dirigir a los Santos a cruzar Missouri “al avanzar con una parte del campamento, tan rápido y tan lejos como fuera posible” y entonces regresar con los tiros para sacar a o otros. [51] El élder Heber C. Kimball envió a su familia junto con los Young. “Arreglé una pequeña carreta, conseguí un par de potros, y envié a mi esposa y tres hijos en la compañía del hermano Brigham Young y su familia,” dijo Kimball. “Todo lo que mi familia sacó de Missouri y que llevaron con ellos, pudieron haber sido cargados en los lomos de dos caballos; la chusma se llevó todo el resto.” [52]

La Familia Knight. Newel Knight tenía una carreta pero no tenía tiro. Así que, dijo, “Vendí mi estufa y la única vaca que la chusma no había matado.” Con ese dinero contrató a un hombre con su yunta para que llevara al este a él, a Lidia, y sus tres hijos. Salieron de Far West el 18 de febrero, dejando atrás su casa y su granja. Durante su viaje, a veces la profunda nieve raspaba los ejes de su carreta. Lidia recordó que algunas veces tenían que quitar la nieve a los lados de la carreta a fin de poner sus camas en la noche. En Huntsville, el conductor dijo que sus caballos no podían seguir adelante, por lo que los Knight desengancharon la carreta y acamparon. Newel oró pidiendo ayuda, porque “no sabía como salir, y como nunca había sido abandonado por mi Padre Celestial, puse a mi familia a mí mismo a su cargo.” Durante una semana estuvieron sin transporte, pero al fin un hombre le dijo a su hijo que llevara a los Knight el resto del camino. La familia de Brigham Young también estaba atorada en Huntsville, ya que tenían demasiadas cosas para que las jalara su carreta. Newel dijo: “El hermano Young puso algunas de sus cosas” en la carreta que llevaba a los Knight y ambas familias reanudaron su viaje. Unos días después, los caballos se escaparon. Los bueyes que quedaban no podían llevar toda la carga, así que Newel descargó parte de sus cosas y de las de Brigham y les dejó encargadas con un residente amigable. Las constantes demoras hicieron que los Knight no llegaran al Río Mississippi sino hasta principios de mayo.

Los padres de José Smith. El 19 o 20 de febrero, los padres de José Smith, José padre, y Lucy, por fin se unieron al éxodo. Mamá Smith dijo: “Después de mucho tiempo, pudimos conseguir una carreta para llevar las camas, la ropa, y provisiones para nuestra familia,” además del equipaje. Su hijo Don Carlos, “con su familia y el resto de su equipaje se amontonaron en una calesa y se fueron en la misma compañía con nosotros.” Se toparon con lluvias continuas y tuvieron que viajar entre el lodo. “Cuando estábamos como a seis millas del río Mississippi, el clima se enfrió y, en lugar de lluvia, tuvimos nieve y granizo.” Caminaron durante seis millas en terreno pantanoso, hundiéndose en el lodo hasta los tobillos. Al llegar al río, se unieron a otros Santos que esperaban cruzarlo y que no tenían albergue. La nieve tenía una profundidad de seis pulgadas. “A la mañana siguiente, nuestras camas estaban cubiertas de nieve,” dijo Lucy, y no pudieron encender fuego. Su hijo Samuel, que era un fugitivo, vino de Quincy y pudo arreglar que un balsero cruzara a la compañía de los Smith. “Al anochecer llegamos a Quincy,” dijo Lucy. “Aquí Samuel había alquilado una casa y nos mudamos a ella junto con otras cuatro familias.” [53]

La Familia Thomas. En un reporte posterior con respecto al éxodo, la Primera Presidencia dijo que: “las mujeres y los niños marcaron sus huellas con sangre en el suelo congelado, ya que era lo más crudo del invierno.” [54] ¿Fue esto una exageración? No para la familia de Daniel Stillwell Thomas, y su esposa Martha Payne Jones y sus hijos. Salieron de Far West el 14 de febrero. “Cargamos nuestras cosas en una pequeña carreta y con un par de bueyes pequeños salimos con los cinco hijos [de doce, nueve, siete, cuatro y dos años de edad] de nuestra familia y con solamente un par de zapatos para los cinco,” escribió Daniel. Las primeras veinte millas fueron entre la nieve que tenía seis pulgadas de alto. Martha, que tenía un embarazo de casi ocho meses dijo: “Oirlos [a los niños] llorar en la noche con sus pies agrietados y sangrantes era muy difícil de soportar.” Cuando la familia llegó al lado opuesto de Quincy, estuvieron “atrapados por el hielo durante dos semanas.” Mientras esperaban, un tal hermano Brunson vino de Quincy y les pidió a los que estaban en el campamento que donaran sus ropas para ir de regreso y ayudar a los pobres. La familia Thomas cumplió y como dijo Martha: “Todo se fue para cumplir el mandato.” Esa noche, Martha, que estaba próxima a dar a luz, se enfermó así que Daniel improvisó una cama hecha con ramas y cuerdas, y luego clavó en el suelo cuatro troncos de seis pies de largo y encima puso otros troncos para sostenerlos y colgó cobijas todo alrededor, y dejó aberturas en el fondo “para que el calor del fuego se quedara adentro” y les calentara. Después de una tormenta muy severa, dijo Daniel, “Nuestro pan de maíz estaba congelado y tan duro que tuve que partirlo con un hacha y dárselo a los niños que lo tuvieron que roer ya que el pan se veía como un trozo de hielo.” Dijo también que había como cien familias acampando en las riveras.

Cuando el río se abrió, la familia Thomas usó dos botes para cruzar sus pertenencias, en tanto que Daniel y su hijo Morgan, de doce años, se quedaron atrás, para posteriormente, poder cruzar a la vaca en un transbordador. [55] Martha y los niños llegaron a Quincy y esperaron, sentados en su cama durante la noche, envueltos en cobijas y temblando por el viento frío hasta que Daniel llegó. Se mudaron a la abarrotada casa de un hermano Wiswanger. Unos días después, Martha dio a luz a un hijo a quien nombró en honor al Profeta. [56]

La Familia Hammer. Otra historia acerca de pies sangrantes tiene que ver con Nancy Hammer, cuyo esposo Austin, fue asesinado en la masacre de Haun’s Mill unos meses antes. Con otros refugiados, ella y seis niños entre las edades de dos y nueve años, iban a un lado de su pequeña carreta que era jalada por un caballo ciego. Llevaban “las escasas provisiones que pudimos juntar.” Viajaban y dormían a cielo abierto. Fueron muy raros los “días que estuvimos en el camino en los que no haya llovido o nevado,” dijo su hijo John. En las noches encendían fogatas si es que conseguían leña. Solamente su madre y sus hermanas tenían zapatos, pero se desgastaron y eran casi inútiles antes de que llegaran a Illinois. Todos, menos los dos niños más pequeños, “tuvieron que caminar toda la distancia,” Estaban “casi descalzos y algunos tuvieron que envolver sus pies con ropa a fin de evitar que se les congelaran y como protección contra las filosas puntas del terreno congelado.” John, el hijo de nueve años, dijo posteriormente que “con frecuencia la sangre de nuestros pies marcaba la tierra congelada.” [57]

Las Familias Butler y Smoot. Caroline Butler, cuyo esposo había huido de Missouri en noviembre, no podía cuidar a sus cuatro hijos, que iban de los siete años a los dos meses de edad, a la vez que conducía su carreta. Así que hizo un arreglo con Abraham O. Smoot y su esposa Martha que tenían tres meses de casados. Los Smoot no tenían un tiro de animales y por lo tanto su carreta era inútil. Abraham estuvo de acuerdo en conducir la carreta de los Butler y su tiro de dos caballos, y Caroline dejó que los Smoot cargaran su equipaje en la carreta de los Butler. Ahora el grupo consistía de un hombre, dos mujeres y cuatro niños de siete, cuatro, tres y menos de un año de edad. Empezaron en febrero, “pero hacía un frío terrible,” y como dijo Caroline, “sufrieron terriblemente.” Tan pronto como empezaron el viaje a Caroline se le infectaron los ojos, así que Martha Smoot caminó a su lado y la condujo durante cinco o seis días. El equipaje llenaba toda la carreta, así que Martha y Caroline a veces se turnaban para sentarse al lado de Abraham, el conductor, mientras que la otra caminaba y llevaba a los niños. Promediaron diez millas por día.

Un día mientras Martha iba sentada al frente de la carreta, con Kesiah Butler, de tres años sentado en su regazo, uno de los caballos empezó a patear. Le dio a Martha en las rodillas y al pequeño Keziah arriba de los ojos. Ambos gritaron fuertemente, y Caroline corrió a ayudarles. Los encontró sangrando profusamente. Una mujer que vivía en una casa cercana corrió para averiguar que había ocurrido. Al ver las heridas, se apresuró a regresar a su casa y trajo alcanfor, papel estraza y un olla de agua tibia. Ella dijo que le daba tristeza ver todo lo que sufrían los mormones por haber sido echados de sus casas. Caroline se adelantó y trajo a unos élderes para que bendijeran a Martha y a Keziah. “Se recuperaron un poco,” dijo Caroline. [58]

Los Butler y los Smoot llegaron al Mississippi el diez u once de marzo. El fugitivo John Butler, en Quincy, supo de su llegada , y remó en una canoa esquivando el hielo a través del río. Había estado separado de su familia por más de tres meses. No pudo encontrar el modo de cruzar la carreta de los Butler por el río, así que pasó la noche con su familia. Al llegar la mañana, él y Abraham Smoot cruzaron a Quincy, dejando a sus familias con la carreta. Uno o dos días después, un transbordador por fin pudo abrirse paso entre el hielo y cruzó a las mujeres y a los niños. [59]

El 22 de febrero, en Far West, Eliza R. Snow reportó que un hombre que acababa de llegar de Illinois había contado 220 carretas entre Far West y el Mississippi.” [60] Si ese número es exacto, y si las carretas ayudaron a transportar a cuatro personas en promedio, entonces ese hombre se había cruzado en el camino con cerca de un millar de Santos.

Los Relatos de Marzo

El 5 de marzo, el obispo Edward Partridge reporto en Quincy, que el hielo había estado corriendo por tres días de manera que nadie pudo cruzar el Mississippi. Quincy, dijo él, estaba lleno de miembros —aunque los Santos estaban saliendo de allí casi constantemente—. [61] Ese mismo día, Eliza R. Snow y sus parientes, que habían pasado el invierno a siete millas de Far West, salieron para Illinois. [62] “Después de una noche de lluvia, la cual cambió a nieve y cubría el piso en la mañana,” dijo ella, “descongelamos nuestra tienda, que estaba rígida por estar congelada, sosteniéndola y dándole vueltas alternadamente sobre las llamas de la fogata, hasta que fue posible doblarla y empacarla, y salimos, aunque temblando por el frío.” El sol derritió la nieve, lo cual aumentó la profundidad del lodo y haciendo que casi fuera imposible viajar. Ella dijo: “Los animales iban bufando y resoplando y las carretas se retrasaban tan pesadamente que todos íbamos a pie, empujando lo mejor que podíamos.” [63]

Durante el éxodo de Zera Pulsipher durante ese marzo, él y su yerno perdieron caballos. Dijo que en el camino, “tuvo que detenerse con extraños porque su hija había dado a luz en la pradera.” [64] Elisha Whiting dijo que su familia “fue echada en el mes de marzo en medio de tormentas de lluvia y nieve, y que tenían que tender sus camas en el suelo mojado y frío y que al levantase en las mañanas estaban empapadas y se vieron obligados a cargar en la carreta sus cobijas mojadas y avanzar lentamente.” [65]

Por el 18 de marzo, estando en Quincy y recién llegado de una misión, Wilford Woodruff fue al río y miró al otro lado y “vi a muchos de los Santos, viejos y jóvenes, acostados en el lodo y en el agua en medio de una tormenta sin tiendas y sin albergues. . . . Esa vista llenó mis ojos de lágrimas, pero al mismo tiempo mi corazón se alegró al ver el ánimo de los miembros aun en medio de sus aflicciones.” [66] Visitó a los Santos que estaban acampados de su lado del río “en una condición de sufrimiento con frío, lluvia y lodo y con necesidad de alimento.” [67]

El fugitivo Joseph Holbrook, dos meses después de haber dejado a su esposa embarazada y a tres hijos el 20 de enero, supo de su llegada al Río Mississippi a finales de marzo. Cruzó el río y “encontré a unos cien hermanos que esperaban que terminaran el nuevo transbordador, que se terminó al día siguiente. Encontré a mi familia con buena salud aunque en el campamento en que estaban había lodo y nieve que les llegaba a la mitad de las piernas. Vi a mi hijita, Nancy Jane, por primera vez cuando tenía como dos meses de edad. . . . Mi familia . . . . no había sabido nada de mí durante ese tiempo, ni yo me atreví a escribirles.” [68]

En una reunión efectuada el 17 de marzo, a los Santos en Quincy se les leyó una carta escrita por el Comité Para el Traslado en Far West, en las que les pedían “tiros y dinero para poder trasladar de Far West a Quincy a unas cincuenta familias de Santos pobres.” [69] El 29 de marzo el comité en Quincy le escribió a su contraparte en Far West, indicándoles su simpatía por “su esfuerzo y trabajo extremo” para sacar a los últimos Santos pobres. “Entendemos, hermanos, que han hecho todo lo que han podido para sacar a los Santos pobres,” dijeron, y agregaron que, “ni nosotros hemos dejado de usar todas nuestras energías” para ese propósito. Después de “deliberar acerca de las mejores formas” de terminar esa labor, “hemos pensado que, tomando en cuenta la mala condición de los caminos, el costo de los transbordadores como consecuencia del alto nivel del agua, que los tiros de animales ya están agotados, y que los hermanos aquí están muy pobres y muy diseminados” y que la mejor solución era “enviar al resto de los hermanos por agua.” Al hacer contrato con un barco de vapor, “los hermanos pobres podrían salir de inmediato” y el comité en Far West quedaría libre para salir del estado. [70]

Corazones Bondadosos en Quincy

Los Santos decidieron ir a Quincy por varias razones. Para alcanzar la seguridad en Illinois, el estado más cercano, tenían que cruzar el ancho Río Mississippi, y Quincy tenía servicio de transbordadores. Quincy era la ciudad del estado de Illinois más cercana a Far West. Veintenas de miembros de la Iglesia estaban viviendo allí, entre los que se incluyen Mary Jane York, William Hickman, John P. Greene y Wendle Mace. Greene, un hotelero en Quincy, y primo político de Brigham Young y Heber C. Kimball, animó a los Apóstoles y a otros Santos para que fueran allí. Otro atractivo era que en la vecindad, había tierras disponibles para colonizar. [71]

Quincy, está en la ribera este del Mississippi en un escarpado de piedra caliza a unos 125 pies sobre el río. [72] Está a unas 130 millas río arriba de Saint Louis y a 45 millas directamente al sur de donde ahora está Nauvoo. Es la cabecera del Condado Adams. El Condado Adams, organizado en 1825, fue nombrado en honor de John Quincy Adams, que en ese año se convirtió en el sexto presidente de Estados Unidos, y el pueblo de Quincy recibió el segundo nombre de él. Para el año 1838, Quincy contaba con una fuerte base de población de mil seiscientos residentes, que eran mayormente alemanes y de Nueva Inglaterra, y con varias industrias y negocios, que incluían “su parte de fabricantes de toneles, y de gabinetes, y talabarteros y curtidores de pieles, y una industria empacadora de puerco y un centro de procesamiento de carnes.” Quincy estaba en camino de la prosperidad. [73]

La Ayuda de los Mormones que Vivían en Quincy

Los miembros de la Iglesia que vivían en Quincy y sus alrededores, trataron de ayudar a los refugiados cuando cruzaban el río. John P. Greene reportó que durante febrero y marzo, “los mormones que ya estaban en Quincy, formaron un comité entre ellos para, ayudar a lo mejor de su capacidad, al comité de Far West a dar ayuda a sus hermanos en sufrimiento. Los recibían conforme llegaban, y enviaban al interior a quienes tenían los medios y la fuerza, y les brindaron a los pobres y enfermos, alojamiento, combustibles, alimentos y ropa.” [74] Wandle Mace abrió su casa para los refugiados. “Muchos de los Santos se alegraron al encontrar refugio en contra de las tormentas en mi casa,” dijo. “Muchas noches los pisos, arriba y abajo, estaban cubiertos con camas que estaban tan cerca una de la otra, que era imposible poner el pie en algún lado, sin pararse en la cama de alguien más.” [75]

Emma Smith y sus hijos llegaron el 15 de febrero. [76] Se instalaron con el Juez John Cleveland y su esposa Sara, que era Santo de los Últimos Días, cuatro millas al este de Quincy. Posteriormente, Sara llegó a ser la primera consejera de Emma en la Sociedad de Socorro de Nauvoo. [77]

La Compasión de Quincy

El 23 de febrero, el periódico Quincy Whig reportó que los Santos estaban “llegando de todos lados” y que “durante varios días habían estado cruzando en este lugar, trayendo con ellos los restos de lo que pudieron rescatar de sus despiadados opresores . . . . Parecen ser, hasta donde hemos podido ver, un pueblo tranquilo e inofensivo, que no dieron motivo para la persecución a la que se han enfrentado.” Los residentes y los líderes cívicos de la ciudad tuvieron que enfrentarse a una crisis humanitaria que les fue impuesta. Su hospitalidad surgió principalmente por lástima y no por otra cosa. A la vez que los residentes locales dejaron que los Santos que sufrían se amontonaran en las granjas, los cobertizos, en chozas y en tiendas, pensaron que los refugiados eran “generalmente de las clases más pobres y analfabetas.” [78] El 25 de febrero los líderes de Quincy se reunieron y tomaron las medidas para brindar ayuda. Le pidieron a un comité de Santos de los Últimos Días, que les proporcionara datos de los necesitados. La respuesta, firmada por Elias Highbee y John P. Greene, declaraba que “si dijéramos que cosas necesitamos, estaríamos más allá de todo cálculo; ya que hemos sido despojados de nuestro maíz, trigo, caballos, ganados, vacas, cerdos, ropa de vestir, casas y hogares.” Veinte viudas estaban en la indigencia. Los hombres capaces de trabajar que necesitan empleo eran innumerables. “Denos empleos,” pidieron los Santos, “permítanos rentar granjas, y concédanos la protección y los privilegios de los demás ciudadanos.”

El comité ciudadano de Quincy, aprobó una resolución que decía que los Santos “tienen derecho a nuestra simpatía y a nuestra más amable preocupación.” El comité decidió que cualquier Santo que estuviera sin casa debido a enfermedad o indigencia, debería solicitar la ayuda directamente. El comité decidió además encontrar empleo para quienes pudieran y quisieran trabajar. [79] El 2 de marzo, el Quincy Whig catalogó a los Santos que cruzaban el Río Mississippi como “sujetos a la caridad.” A causa de que habían sido “arrojados sobre nuestras riberas en la indigencia, causada por el pueblo opresivo de Missouri, la común humanidad nos obliga a ayudarles y auxiliarlos a lo mejor de nuestra capacidad.” [80]

El 5 de marzo, el obispo Partridge le reportó desde Quincy a José Smith: “Las personas aquí nos recibieron bondadosamente” y “están dispuestos a que disfrutemos, sin que nos molesten, los privilegios garantizados a todo el pueblo civil.” [81]

José Smith padre y su esposa Lucy rentaron una casa, o parte de ella, en la esquina noreste de las calles Sexta y Hampshire. [82] Lucy dijo que las damas de Quincy, les mandaron “todas las delicias que proporcionaba la ciudad.” [83] Los residentes ofrecieron empleos. Aroet Hale dijo que un señor Stilson contrató a su padre. [84] William Cahoon indicó que una familia de nombre Travis le ofreció empleo; [85] el señor Travis también contrató al refugiado Truman Angell para que le fabricara un establo. [86]

Cuando llegó la familia de John Butler, “no tenían a donde ir y hacía mucho frío”, dijo John. El caballero para quien John había trabajado enseñando en la escuela, los trató muy generosamente. Ese señor tenía una carnicería grande cerca del río y una tienda al mayoreo cerca del embarcadero. También era el dueño de unas 10 o 12 casas pequeñas que había construido y que rentaba. Cuando el señor vio la grave situación de los Santos, les dijo a sus inquilinos que se mudaran a otra parte, “porque los mormones estaban llegando y no tenían a donde ir y él les iba a dejar usar sus departamentos.” Invitó a John a que trajera a su familia a una de esas casas donde podrían vivir por un tiempo. Nunca les cobró renta. Les dijo a los Butler que cuando quisieran algo de carne fueran a su carnicería a conseguirla. Tres o cuatro familias Santos de los Últimos Días vivieron en las casas aledañas a la de los Butler, y el hombre los trató con mucha bondad, lo “que fue algo nuevo para nosotros,” confesó John. John dijo que los residentes de Quincy “por lo general eran bondadosos” con los Santos “por todas partes.” Los Butler se quedaron en Quincy por tres o cuatro semanas. Entonces, como era temporada de siembra, se mudaron como a diez millas de allí y rentaron una granja. [87]

No se sabe cuantos Santos se refugiaron temporalmente en Quincy. Muchos encontraron refugio no solamente en Quincy sino en todo el Condado Adams y por todo el oeste de Illinois. La compasión de Quincy, ha indicado el historiador Richard E. Bennett, “salvó a los santos como pueblo, y pudo hasta haber salvado a la Iglesia como institución.” [88]

Se Termina el Éxodo

David Rogers, asignado por el Comité para el Traslado, visitó el Condado de Jackson el 15 de marzo, vendió propiedades de la Iglesia, juntó unos $ 2,700 dólares y, para mediados de abril, trajo los fondos a Far West. [89] William Huntington, que dirigía el Comité para el Traslado, dijo: “Pudimos trasladar a todos los pobres que deseaban salir del estado” para el 13 de abril, que es el día en que él salió de Far West. Isaac Laney dijo que el comité había mudado a todos salvo a treinta o cuarenta familias cuando unos hombres armados vinieron del Condado Daviess y les dijeron, a él y a los demás “que salieran del Condado para el siguiente viernes en la noche, lo cual nos daba seis días para hacer lo que nos tomaría un mes.” Así que el comité contrató con urgencia unos tiros de animales y envió a las familias hacia Tenney’s Grove, a veinte millas de distancia, apenas con un mínimo de sus pertenencias personales. Cierto número de tiros de animales regresaron de Illinois para ayudar a trasladar a las últimas familias. [90]

Para mediados de abril, las chusmas se impacientaron con los Santos que aun estaban en el Condado Caldwell. El élder Kimball dijo que él se había quedado para ayudar a los miembros del Comité para el Traslado y para “esperar a los que estaban en prisión.” En Far West tuvo que esconderse en los bosques durante el día. [91] El 18 de abril, cuando un grupo de anti-mormones lo encontró en la plaza, lo amenzaron con volarle los sesos y trataron de arrollarlo con sus caballos. Fue a la sala donde se había reunido el Comité para el Traslado y les dijo que dejaran los asuntos y “huyeran” para salvar sus vidas. Muy pronto, doce rufianes armados con rifles entraron a la oficina de los diezmos y quebraron las ventanas, las mesas, las sillas e “hicieron astillas diecisiete relojes.” Uno de ellos arrojó cafeteras de acero contra Theodore Turley y le pegó en el hombro. Los rufianes mataron a las vacas mientras las muchachas las estaban ordeñando. Amenazaron a los del comité con “mandarlos brincando al infierno” y con “agujerearlos y hacer que la luz del día pasara por sus cuerpos.” Los hombres juntaron lo que pudieron y huyeron apresuradamente de Far West en menos de una hora. Después de que salieron, la chusma se robó mercancía con valor de miles de dólares que había sido donada para ayudar a los pobres a trasladarse. Un rufián le disparó a una vaca, y aun estando viva, le arrancó una tira de cuero de la nariz a la cola, y con ella ató su caballo a un tronco. Durante esos hechos vandálicos, “se destruyó o se perdió una buena parte de los registros del comité, las cuentas, la historia, etc.” [92]

Un año antes, José Smith había recibido un mandamiento para que los Doce salieran del terreno del templo en Far West el 26 de abril de 1839 para ir a misiones “sobre las grandes aguas” (Doctrina y Convenios 118). Los anti-mormones habían jurado evitar que se efectuara esa ceremonia. Algunos miembros de los Doce salieron de Quincy el 18 de abril de 1839, y viajaron en secreto hacia Far West para cumplir con sus instrucciones. Ese grupo incluía a Brigham Young, Orson Pratt y John Taylor. También estaban Wilford Woodruff y George A. Smith que muy pronto serían ordenados como Apóstoles. Se encontraron con Santos que iban hacia el este, incluyendo al élder John F. Page, que se regresó y se unió a ellos. El 21 de marzo Wilford Woodruff dijo que el grupo apostólico pasó por Huntsville y halló que “los caminos estaban llenos de Santos que estaban huyendo de Missouri.” [93] El 24 de abril se encontraron con tres miembros del Comité para el Traslado que acababan de ser expulsados de Far West, y también se unieron con ellos. El grupo de los Apóstoles llegó a Far West un poco después de la media noche el 26 de abril. Efectuaron una pequeña conferencia en una de las casas y excomulgaron a treinta y un “indignos.” Además de los Apóstoles, seis miembros del comité y mas o menos una docena de otros miembros estuvieron presentes. Una piedra que pesaba cerca de una tonelada fue rodada a la esquina sureste del lugar. Alpheus Cutler la colocó en su lugar. Los cinco apóstoles presentes — Brigham Young, Heber C. Kimball, Orson Pratt, John E. Page y John Taylor— ordenaron a Wilford Woodruff y a George A. Smith como Apóstoles y a dos hombres que acababan de ser liberados de la cárcel de Richmond, Darwin Chase y Norman Shearer, como Setentas. Los Doce ofrecieron una oración arrodillados en la piedra angular sureste, cantaron el himno “Adán-ondi-Ahmán,” y se despidieron a fin de poder salir a sus misiones en Inglaterra. Habían cumplido con el mandamiento. [94]

En la obscuridad el grupo llegó a Tenney’s Grove y allí se agregó a su grupo la “última compañía de pobres” que necesitaban ayuda para llegar a Quincy. [95] En ese punto, Brigham Young sintió que el convenio de mudar a los Santos pobres ya se había cumplido: “Habíamos hecho convenio de ver que los Santos pobres pudieran trasladarse de Missouri a Illinois, para que pudieran ser librados de las manos de perseguidores tan viles, y no escatimamos esfuerzo para cumplir con ese objetivo hasta que el Señor nos concediera los deseos de nuestro corazón. Llevábamos con nosotros a la última compañía de pobres que pudo ser trasladada.” [96]

Pero el éxodo no estaba totalmente terminado porque cinco prisioneros todavía estaban en la Carcel de Liberty y otros seis en la cárcel de Richmond, incluyendo a King Follet, que acababa de ser arrestado durante ese mes, mientras intentaba salir de Missouri. [97] El 16 de abril, durante un cambio de lugar de Daviess al Condado Boone, a José Smith y sus cuatro compañeros que habían estado en la cárcel de Liberty se les permitió escapar, y pudieron viajar a Illinois con seguridad. [98] Ese verano los prisioneros que habían estado en Richmond se escaparon , con la excepción de King Follet. Por octubre de 1839, se efectuó el juicio de King Follet, y debido a que los cargos por robo no tenían fundamento, fue declarado libre. [99] En ese punto el éxodo de los Santos de Missouri se terminó, y la orden de exterminio del gobernador Boggs había tenido éxito al sacar a los Santos del noroeste de Missouri. Sin embargo, un número significativo se había refugiado en Saint Louis, una ciudad de Missouri que se convirtió en “un oasis de tolerancia” para los mormones. [100]

El Regreso de José Smith

La mañana del 22 de abril, a solicitud de Emma Smith, Dimick Huntington fue a la orilla del río para preguntar si había noticias del oeste y vio al Profeta. “¡Dios Mío, es usted hermano José! Levantó su mano y me detuvo diciendo, ¡guarda silencio!” Huntington dijo que José había llegado en el transbordador como a las ocho de la mañana y que “llevaba un par de botas viejas llenas de agujeros, los pantalones rotos y metidos en las botas, una capa azul con el cuello levantado, un sombrero negro de ala ancha inclinado hacia abajo, que iba sin rasurar y que se veía pálido y demacrado.” Dimick le preguntó si quería ver a sus padres, pero José quiso ver primero a Emma y los niños. Cuando llegó a la casa de los Cleveland, Emma lo reconoció cuando se desmontaba del caballo y lo encontró a la mitad del camino rumbo a la puerta.” [101]

Un reportero del periódico de Quincy publicó la llegada de José Smith y sus compañeros de prisión, y terminó con una descripción favorable del Profeta y Presidente de la Iglesia: “Habíamos supuesto en base a los relatos y las declaraciones que habíamos leído de ‘Jo Smith’ (como se le llamaba en los periódicos) que sería un analfabeta, un hombre inculto; pero después de una larga conversación, reconocemos una decepción agradable. Al conversar parece ser inteligente, sincero y libre de pensamientos y de sentimientos maliciosos hacia sus perseguidores implacables.” [102]

José Smith preparó rápidamente los planes para un nuevo lugar de recogimiento para los Santos desamparados río arriba en Commerce, a la que pronto se le cambiaría el nombre a Nauvoo. Cuando los Doce regresaron de Far West a principios de mayo, se regocijaron al verlo libre en Illinois. Los Santos se congregaron para una conferencia general del 4 al 6 de mayo, la cual se efectuó en un campo presbiteriano a dos millas al norte de Quincy. Presidió José Smith. “Durante el día, se atendieron muchos asuntos de importancia,” reportó el élder Woodruff, y agregó: “En verdad nos dio mucho gozo sentarnos otra vez en la conferencia con el Hno. José.” [103] Perrigrine Sessions dijo que el que José estuviera allí “nos dio mucho gusto ver su cara entre los Santos y oír la voz de inspiración que salió de sus labios, esto causó que se reavivaran nuestros decaídos espíritus ya que éramos como ovejas sin pastor que habían sido dispersadas en un día nublado y obscuro.” [104] Después que José oyó a la congregación cantar con mucho entusiasmo el himno “Zion, City of Our God” [Sión la Ciudad de Nuestro Dios], Wandle Mace reportó que José se levantó para hablar pero que tuvo mucha dificultad para controlar sus emociones: “Ver a los Santos que habían sido arrojados de sus hogares, que les habían quitado todo y que aún estando tan dispersos entre extraños, sin sus casas, y que pese a estas circunstancias tan difíciles se reunieran, de toda las regiones de alrededor, en esta Conferencia General y cantaran Sión la Ciudad de Nuestro Dios con tanto espíritu, mostrando su amor y confianza en el evangelio, y el placer que sintió por reunirse con ellos. Apenas pudo evitar llorar.” [105]

Peticiones de Indemnización

Una vez a salvo en Illinois, los Santos aún tenían asuntos pendientes con respecto a su expulsión de Missouri. Mientras estaba en la Cárcel de Liberty José les había dado instrucciones de que juntaran declaraciones y documentos así como el monto de los daños por sus pérdidas y sufrimientos “con la intención de conseguir indemnizaciones del gobierno federal por las pérdidas que sufrieron en Missouri” (Doctrina y Convenios 123: 1-13). En respuesta, cuando los Santos lograron la seguridad empezaron a presentar peticiones de indemnización e hicieron que fueran notariadas por los jueces de paz y los secretarios de las cortes en dos condados de Iowa y en diez de Illinois. [106] Afortunadamente, aún existen 678 peticiones. En total las pérdidas de los solicitantes sumaron $2,275,789 dólares — con un promedio por solicitante de $3,761—. [107] En dólares del año 2007, eso equivale a $52,325,000, o a un total de $87,000 por solicitante. [108] Las pérdidas de la familia extendida Knight fueron cuando menos $14,562, o cerca de $ 335,000 en dólares actuales. Como ejemplo, Joseph Knight hijo, reclamó: $200 por un taller quemado, $50 por tres acres de terreno y 50 árboles de duraznos, $25 por alfalfa y maíz, $475 por la pérdida de terrenos y propiedades en el pueblo, y $150 por gastos de mudanza por haber tenido que cambiarse dos veces. Los líderes reunieron estas peticiones y declaraciones y las presentaron tres veces, posiblemente cuatro, a Martin Van Buren, el presidente de los Estados Unidos, y al Congreso, pero el gobierno federal declinó tomar acción al respecto. [109]

Nauvoo se Convierte en el Nuevo Centro de Recogimiento

Después de inspeccionarlos, la Iglesia decidó comprar veinte mil acres de terreno en Commerce, Illinois y al otro lado del río del Condado Lee en Iowa. El 10 de mayo, José Smith y su familia se cambiaron a una pequeña casa de troncos de dos pisos en Commerce, a cincuenta millas al norte de Quincy, “esperando que mis amigos y yo podamos encontrar aquí un lugar para descansar cuando menos por una temporada.” [110] Las oficinas centrales de la Iglesia se cambiaron allá, al igual que un gran número de los Santos exilados. Estas almas, en su mayoría, estaban pobres, desaliñados y enfermos. Muchos de ellos volvieron a comenzar de la nada y edificaron comunidades religiosas en Illinois y Iowa.

Las Consecuencias a Corto y Largo Plazo

La expulsión forzada de los Santos de Missouri trajo consecuencia a corto y a largo plazo, según se enumeran aquí, para varios de los grupos involucrados.

El Aprecio de los Mormones para Quincy. En abril de 1839, Eliza R. Snow escribió un poema intitulado “To the Citizens of Quincy” [A los Ciudadanos de Quincy] para agradecerles “A ustedes ciudadanos nobles y generosos.” [111] Fue publicado en la primera plana del Quincy Whig el 11 de mayo de 1839. El poema alababa a quienes “han extendido su mano liberal para satisfacer/ las urgentes necesidades de los ¡pobres y oprimidos!” En 1841, José y Hyrum Smith y Sidney Rigdon, la Primera Presidencia, emitieron una proclamación de aprecio diciendo: “Sería imposible enumerar a todos aquellos que en nuestro época de profundo pesar, noblemente se adelantaron para venir en nuestro socorro y que como el buen samaritano rociaron aceite en nuestras heridas y contribuyeron liberalmente para nuestras necesidades como lo hicieron los ciudadanos de Quincy en conjunto y el pueblo de Illinois en general, parecían emularse el uno al otros en esta labor de amor.” [112]

En el Parque Washington en Quincy está un sencillo Marcador Histórico erigido en 1976 para recordar el éxodo de los Santos. Se indica, “Muchos de ellos cruzaron a Illinois en Quincy, y aquí se sintieron bienvenidos por el pueblo.” En años recientes, se han efectuado en Quincy varios eventos conmemorativos.” [113]

Una prueba que superaron los Santos. El ser expulsados de Missouri constituyó una prueba de fe que superaron la mayoría de los Santos, pero algunos fallaron, como se ilustra con la familia extendida de los Knight. Cuando esas familias llegaron a Illinois a principios de 1839, eran pobres, estaban agotados y se veían desaliñados. Nadie podría haberlos reconocido como los ‘Yankees’ prósperos que una vez fueron en Nueva York antes de abrazar el mormonismo. En Ohio primero y luego tres veces en Missouri, habían tenido que empezar de cero. Volver a empezar en Illinois fue desgarrador. Pero solamente tres adultos, de las casi dos docenas de adultos en la red de la familia Knight, fallaron. Casi sesenta personas de esa red familiar reestructuraron su vida diaria en o cerca de Nauvoo y continuaron siguiendo a José Smith. [114] John Lowe Butler se convirtió en un “caballito de batalla” confiable para José Smith y Brigham Young, ya que sirvió como uno de los guardaespaldas oficiales y ordenados de José Smith y posteriormente como obispo en Spanish Fork, Utah. La familia Thomas permaneció fuerte en la fe y emigró a Utah en 1849. Levi Ward Hancock continuó como uno de los Presidentes de los Setenta, marchó a California con el Batallón Mormón, fue un pionero en Manti y en el sur de Utah, y sirvió como patriarca. Abraham O. Smoot llegó a ser alcalde de Salt Lake City y después en Provo, presidente de la Estaca de Utah, y promotor de la Academia Brigham Young.

La decisión de seguir congregándose. El presidente Sidney Rigdon, el obispo Edward Partridge y otros cuantos sentían que los Santos podrían evitar problemas como los que habían tenido en Missouri si se dispersaban en vez de congregarse en comunidades Santo de los Últimos Días. Sin embargo, el Presidente Young aconsejó a los Santos que se congregaran a fin de poder ayudarse mejor. José Smith, cuando se le preguntó, aconsejó a los líderes a que compraran propiedades en las cuales los Santos se pudieran juntar en vez de diseminarse, y fundó Nauvoo para que fuera el siguiente lugar de recogimiento. [115]

Problemas de salud y muertes. La exposición a los elementos en el invierno y la escasez de alimentos en el Condado de Caldwell y durante el éxodo causaron problemas de salud a muchos y una gran cantidad de muertes durante 1839. Durante el éxodo, Elizabeth, la esposa de Truman Angell, que ya estaba enferma, pescó “catarro tras catarro” y se esperaba que muriera. Su salud, “volvió en parte, pero, desde entonces, nunca ha podido hacer mucho,” escribió su esposo en 1845. [116] La plaga de enfermedad que cayó sobre los residentes de Nauvoo durante el verano de 1839 se debió en gran medida a la debilidad física causada por los sufrimientos del año anterior. [117] Benjamin F. Johnson observó que, en el área de Nauvoo, durante el resto del año 1839, “la gente había salido de las terribles exposiciones del pasado y casi todos estaban enfermos de diferentes fiebres, y por causa de ellas muchos murieron — durante este período de gran pobreza, enfermedad y muerte.”[118] Henry Jackson indicó que las “ráfagas de nieve y lluvia” del mes de marzo, afectaron tanto su vista que “no pudo trabajar.” [119] El éxodo le causó “enfermedades considerables” a la familia de Levi Hancock. [120] Mosiah Hancock, el niño que cruzó descalzo los hielos del Mississippi, estuvo extenuado y demacrado durante muchos meses. Él dijo: “¡A mis piernas mi madre les llamaba tubos y popotes a mis brazos!” [121] James Golligher indicó que “estuve expuesto al clima y a causa de ello siguieron las enfermedades y la pérdida de uno de mis hijos.” [122] Se pueden citar innumerables ejemplos como estos.

Cicatrices mentales y emocionales. La persecución de los Santos en varios estados y luego la expulsión por órdenes del gobernador de un estado ayuda a explicar el por qué los Santos lograron la autorización para la auto-defensa de una ciudad-estado en Nauvoo con la Legión de Nauvoo; el por qué muchos salieron alegremente de los Estados Unidos y se dirigieron hacia territorio mexicano en 1846; y el por qué muchos de los Santos, si es que no toda la Iglesia, expresaron su malestar por los jueces, las cortes, los oficiales, el ejército federal durante la guerra de Utah y las leyes contra la poligamia. Algunos de los participantes del éxodo de Missouri expresaron sentimientos muy fuertes de enojo, horror, ultraje y persecución. Por ejemplo, John Lowe Butler, quería que su registro escrito sirviera como testigo contra los habitantes de Missouri que fueron muy crueles con su familia durante el éxodo y aún desde antes. [123]

Pueblos y granjas fantasmas. Cuando los Santos salieron de Far West, sus casas, graneros, cercas, tiendas, escuelas, granjas, equipo agrícola, enseres de casa, ganados y granos almacenados cayeron en manos de los no mormones. Con el tiempo, la mayoría de las casas, fueron destruídas para llevarse la madera o para usarla como leña. Las calles y la plaza pública se convirtieron en maizales. Desde entonces, el sitio del templo ha sido rescatado y lo han hecho un jardín, pero no hay ninguna casa. Las lápidas del cementerio de la ciudad, en donde están sepultados unos doscientos miembros, desaparecieron desde hace mucho, y el sitio ha llegado a ser tierra de cultivo. En Adán-ondi-Ahmán, en octubre de 1838 los Santos estaban construyendo unas ciento cincuenta casas de troncos, pero la mayoría no habían sido terminadas para cuando salieron los Santos. En el año 1888 la cabaña de Lyman Wight era la única estructura que existía en “Ahmán”, y para el año 1970, había desaparecido por completo. [124]

El impacto económico en Illinois y Iowa. El gran grupo de Santos desplazados llegaron a ser una fuerza económica y a tener presencia política en Illinois y en el Territorio de Iowa. Fundaron comunidades, establecieron granjas, abrieron caminos, tuvieron hatos de ganado, comercios y desempeñaron oficios en partes de los condados Adam y Hancock, Illinois y en el Condado Lee, en Iowa.

Un almacén de documentos y registros históricos. El éxodo de Missouri generó una gran cantidad de documentos y registros. Estos incluyen las peticiones para compensación, las cartas desde la prisión, otra correspondencia, los diarios, las autobiografías y memorias, los folletos, los artículos de periódicos, y un gran volúmen de registros oficiales del gobierno de Missouri.

La orden de exterminio no fue abrogada durante 137 años. La infame orden de exterminio del gobernador Boggs siguió siendo una mancha sobre el carácter de Missouri durante 137 años hasta el 25 de junio de 1976, cuando el gobernador de Missouri Christopher S. Bond firmó una orden ejecutiva que la anulaba. [125] La animosidad de los mormones hacia los de Missouri y de los de Missouri hacia los mormones duró por generaciones.

Una experiencia de capacitación para el éxodo de 1846. Finalmente, en algunos aspectos, el éxodo de Missouri fue un ejercicio de entrenamiento para el éxodo de los Santos de Nauvoo siete años después. Ese movimiento aún mas grande fue dirigido por Brigham Young y otros apóstoles cuya primera experiencia en mover una gran cantidad de personas ocurrió durante el éxodo de Missouri. Brigham Young, recordando el convenio que les había pedido hacer a los Santos en Far West de ayudar a trasladar a los necesitados, hizo que los miembros hicieran un convenio similar cuando se preparaban para salir de Nauvoo rumbo al oeste. Ese convenio llegó a ser el fundamento para los programas de emigración de la Iglesia desde entonces hasta 1869, y que produjeron el Fondo Perpetuo para la Emigracion en 1849; el programa de carros de mano de 1856 a 1860; y las caravanas de tiros de animales que “iban y venían” desde Utah para transportar a Utah a los emigrantes que lo necesitaban. [126]

Notas

[1] William G. Hartley, “‘Almost Too Intolerable a Burden’: The Winter Exodus from Missouri, 1838-1839,” Journal of Mormon History 18 (otoño 1992): páginas 6-40.

[2] Leland H. Gentry, “A History of the Latter-day Saints in Northern Missouri, from 1836 to 1839" (Disertación Doctoral en Brigham Young University, 1965), páginas 273-285; Stephen C. LeSueur, The 1838 Mormon War in Missouri (Columbia: University of Missouri Press, 1987), páginas 150-153.

[3] LaMar C. Berrett y otros, editores Sacred Places, vol. 4: Missouri (Salt Lake City: Deseret Book, 2004), páginas 288-289, 361, 402.

[4] William G. Hartley, “Stand by My Servant Joseph”: The Story of the Joseph Knight Family and the Restoration (Salt Lake City: Joseph Fielding Smith Institute for Latter-day Saint History of Brigham Young University and Deseret Book, 2003); y William G. Hartley, “Newel and Lydia Bailey Knight’s Kirtland Love Story and Historic Wedding,” BYU Studies 39 núm. 4 (2000) páginas 6-22).

[5] Leland H.Gentry, “Latter-day Saints in Northern Missouri,” páginas 325-327; Alexander L. Baugh, “A Call to Arms: The 1838 Mormon Defense of Northern Missouri” (Disertación Doctoral, Brigham Young University, 1996), páginas 340-347.

[6] Alexander L. Baugh, “A Call to Arms,” páginas 326-329.

[7] William G. Hartley, My Best for the Kingdom: The History and Autobiography of John Lowe Buttler, a Mormon Frontierman (Salt Lake City: Aspen Books, 1993), páginas 81-84; Baugh, “Call to Arms,” páginas 392-396.

[8] Lavina Fielding Anderson, ed., Lucy’s Book: A Critical Edition of Lucy Mack Smith’s Family Memoir (Salt Lake City: Signature Books, 2001), páginas 691-692.

[9] Leonard J. Arrington, Charles C. Rich (Provo, UT: BYU Press, 1974), página 60; Juanita Brooks, ed., On the Mormon Frontier: The Diary of Hosea Stout, 1844-1864 (Salt Lake City, Utah: University of Utah Press y la Utah State Historic Society, 1964), página xvi; Lorenzo Dow Young, “Recollections,” Four Faith Promoting Classics (Salt Lake City: Bookcraft, 1968), páginas 52-54.

[10] Leonard J. Arrington, Charles C. Rich, páginas 60-61.

[11] Charles C. Rich, “A Sketch that I was an eye witness to in the state of Missouri,” ológrafo, los Documentos de Charles C. Rich, en la Biblioteca de historia de la Iglesia, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en Salt Lake City.

[12] Alexander L. Baugh, “Call to Arms,” páginas 328-329.

[13] William G. Hartley, My Best for the Kingdom, páginas 82-84.

[14] “Autobiography of Anson Call,” texto mecanografiado, página 13, en la colección especial L. Tom Perry de la Biblioteca Harold B. Lee en la Universidad de Brigham Young.

[15] William G. Hartley, Stand by My Servant Joseph, página 291; Reed Peck, Reed Peck Manuscript (Salt Lake City: Modern Microfilms Reprint, n.d.), página 29.

[16] Alexander L. Baugh, “Call to Arms,” página 395; Reed Peck Manuscript, página 29.

[17] Dean C. Jessee y David J. Whittaker, “The Last Months of Mormonism in Missouri: The Albert Perry Rockwood Journal,: BYU Studies 28 (invierno 1988): páginas 27-29.

[18] “Diaries of William Huntington,” texto mecanografiado que se encuentra en Miscellaneous Mormon Diaries de la biblioteca Lee, páginas 6-7; History of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints por José Smith, editada por B. H. Roberts, 2ª edición revisada (Salt Lake City: Deseret Books, reimpresión de 1976), 3:210.

[19] John P. Greene, Facts Relative to the Expulsion of the Mormons or Latter-day Saints from the State of Missouri, Under the “Exterminating Order” (Cincinnati: R. P. Brooks, 1839) pág. 8.

[20] “La Vida de Joseph Holbrook, 1806-1871,” texto mecanografiado, página 46, Perry Special Collections.

[21] Lavina Fielding Anderson, Lucy’s Book, página 676.

[22] William Huntington Diary, página 7; Lyndon W. Cook, Joseph C. Koingsbury: A Biography (Provo, UT: Grandin Book, 1985), página 61.

[23] Heber Quincy Hale, Bishop Jonathan H. Hale of Nauvoo: His Life and Ministry (Salt Lake City: The Author, 1938), página 64.

[24] James Carroll Petition en Mormon Redress Petitions: Documents of the 1833-1838 Missouri Conflict por Clark V. Johnson (Provo, UT: Religous Studies Center, Brigham Young University, 1992), página 155; ver el detalle biográfico en Far West Record editado por Donald Q. Cannon y Lyndon W. Cook (Salt Lake City: Deseret Book, 1983), página 252.

[25] William F. Cahoon Petition en Mormon Redress Petitions por Johnson, páginas 152-153.

[26] William G. Hartley, My Best for the Kingdom, páginas 85-86.

[27] Leland H. Gentry, “ Latter-day Saints in Northern Missouri,” páginas 414-419.

[28] John P. Greene, Expulsion of the Saints from Missouri, página 8.

[29] José Smith, History of the Church, 3: 249.

[30] El comité lo componían John Taylor, Alanson Ripley, Brigham Young, Theodore Turley, Heber C. Kimball, John Smith (el tío del Profeta), y Don Carlos Smith (el hermano del Profeta).

[31] José Smith, History of the Church, 3: 250-254.

[32] Los miembros del Comité del Traslado fueron William Huntington, Charles Bird, Alanson Ripley, Theodore Turley, Daniel Shearer, Sadrach Roundy y Jonathan H. Hale. Los adicionales fueron Elias Smith, Erastus Bingham, Stephen Markam y James Newberry ( History of the Church 3: 249-254 por José Smith en donde se incluyen los nombres de 214 personas que firmaron los compromisos).

[33] William Huntington Diary, página 8.

[34] José Smith, History of the Church, 3:255.

[35] Un mapa de Missouri publicado por L. Augustus Mitchell en 1840, y que se conserva en la National Archives Branch en College Park, Maryland, muestra dos caminos que daban las dos posibles rutas la alta y la baja.

[36] Brigham H. Roberts, A Comprehensive History of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, Century I, (reimpresión, Provo, UT: Brigham Young University Press, 1965), 1: 510-511, y de José Smith, History of the Church, 3: 261-263.

[37] El Reporte de David Rogers, 1839, en Willis Rogers and Elizabeth (Bessie) Ritchie with Their Ancestors and Descendants por Leo Ritchie Rogers, (Salt Lake City: Leo R. Rogers, 1981), página 230.

[38] Larry C. Porter, “Brigham Young and the Twelve in Quincy: A Return to the Eye of the Missouri Storm, 26 de abril de 1839,” en A City of Refuge: Quincy Illinois, editado por Susan Easton Black y Richard E. Bennett (Salt Lake City: Millenial Press, 2000), página 134.

[39] Joseph Holbrook dijo que los Santos entendían que “si la Iglesia se daba prisa y se mudaba tan rápido como fuera posible [haría] mucho bien para el alivio de nuestros hermanos que estaban en la cárcel ya que nuestros enemigos estaban dispuestos a mantenerlos como rehenes hasta que la iglesia dejara el estado, así que se trabajó duramente durante lo crudo del invierno para mudarnos tan rápido como fuera posible” (“Life of Joseph Holbrook,” página 46).

[40] “[Auto]Biographical Sketch of George Washington Gill Averett,” texto manuscrito, página 8, en Miscellaneous Mormon Diaries, vol. 11. La pintura Exodus of the Saints from Missouri, por C. C. A Christensen es la única representación que el autor ha visto de la experiencia del éxodo de invierno.

[41] Dean C. Jessee y David J. Whittaker, Albert Perry Rockwood Journal, página 34.

[42] Dean C, Jessee y David J. Whittaker, Albert Perry Rockwood Journal. página 34.

[43] “Life of Joseph Holbrook,” página 47.

[44] Ebenezer Robinson, “Items of Personal History of the Editor, Including Some items of Church History Not Generally Known. Taken from “The Return’” texto mecanografiado, página 243, en Perry Special Collections.

[45] The Mosiah Hancock Journal (Salt Lake City: reimpreso por Pioneer Press), página 11.

[46] Mosiah Hancock Journal, página 12.

[47] Anotaciones fechadas, en “An Abridged Record of the Life of John Murdock, Taken from His Journal by Himself,” texto manuscrito, n.p. n. d. Perry Special Collections.

[48] Lavina Fielding Anderson, Lucy’s Book, página 680.

[49] Linda King Newell y Valeen Tippetts Avery, Mormon Enigma: Emma Hale Smith (Garden City, NY: Doubleday, 1984), página 79.

[50] “Autobiography of Anson Call,” página 17.

[51] Ronald K. Esplin, “The Emergence of Brigham Young and the Twelve in Mormon Leadership, 1830-1841" (Disertación doctoral, en la Universidad Brigham Young, 1981), página 370; Times and Seasons, septiembre de 1840, página 165.

[52] Heber C. Kimball Journals, 1838-1839 en Larry C. Porter, “Brigham Young and the Twelve,” página 134.

[53] Lavina Fielding Anderson, Lucy’s Book, páginas 680-687.

[54] “The Saint’s Petition to Congress,” en noviembre de 1839, en la History of the Church, 4: 24-38, por José Smith; la mención de las huellas ensangrentadas está en la página 36.

[55] Los zapatos pertenecían al mayor de los hijos, Morgan. La versión de Thomas está en Daniel Stillwell Thomas, Utah Pioneer of 1849, texto de E. Kay Kirkham, mecanografiado y encuadernado, página 26; la versión de la esposa Martha Pane Jones Thomas está en Daniel Stillwell Thomas Family History, editada por Kate Woodhouse Kirkham, texto mecanografiado y encuadernado, n.d., n.p. página 25; las copias están en posesión del autor.

[56] Daniel Stillwell Thomas Family History, páginas 26-27.

[57] Citado en Reminiscences of Latter-day Saints por Lyman O. Littlefield (Logan, UT: Journal Company Printers, 1888), páginas 72-73.

[58] William G. Hartley, My Best for the Kingdom, páginas 87-90.

[59] William G. Hartley, My Best for the Kingdom, página 90.

[60] De Eliza R. Snow para Esqr [Isaac] Streator, 22 de febrero de 1839, en “Eliza R. Snow Letter from Missouri,” BYU Studies 13 (verano 1973): página 549.

[61] Journal History, 5 de marzo de 1839.

[62] Eliza Roxey (Snow) Smith, Biography and Family Record of Lorenzo Snow (Salt Lake City: Deseret News, 1884), página 45.

[63] Eliza R. Snow, an Immortal: Selected Works by Eliza R. Snow, editado por Nicholas G. Morgan, Sr. (Salt Lake City: Nicholas G. Morgan, Sr., 1957), páginas 10-11.

[64] History of Zera Pulsipher As Written by Himself, texto mecanografiado, páginas 15-16, que se encuentra en Perry Special Collections.

[65] Elisha Whiting Petition, en Mormon Redress Petitions, por Johnson en Mormon Redress Petitions, página 374.

[66] Journal History. 16 de marzo de 1839.

[67] Wilford Woodruff’s Journal, 1833-1898, Texto Mecanografiado, ed. Scott G. Kenney (Midvale, UT: Signature Books, 1983-1985), 1: 322.

[68] “Life of Joseph Holbrook,” página 48.

[69] Wilford Woodruf Journal, 1: 322.

[70] De John Taylor, Brigham Young, Isaac Highbee, Israel Barlow, John P. Greene para los Queridos Hermanos en Quincy, 29 de marzo de 1839. Reimpreso en la compilación de Kate B. Carter de Our Pioneer Heritage (Salt Lake City: Daughters of Utah Pioneers, 1960), 3: 122.

[71] La población era de 1653 en el año 1837, de acuerdo a History of Quincy and Its Men of Mark Pat H. Redmond, (Quincy, IL: Heirs and Russell, 1863), página 15; de Richard E. Bennett, “Quincy — The Home of Our Adoption”: A Study of the Mormons in Quincy, Illinois, 1838-1839,” páginas 87-88; y de Susan Easton Black, “Quincy — A City of Refuge,” página 69, en A City of Refuge.

[72] B. H. Roberts, Comprehensive History, 2: 3.

[73] Richard E. Bennett, “Quincy — The Home of Our Adoption,” página 86.

[74] John P. Greene, Expulsion of the Saints from Missouri, página 40.

[75] Wandle Mace Autobiography, texto mecanografiado, páginas 31-32, en las Perry Special Collections.

[76] José Smith, History of the Church, 3:262.

[77] Wilford Woodruff’s Journal, 1:329-330.

[78] Quincy Whig, 23 de febrero de 1839.

[79] José Smith, History of the Church, 3:270.

[80] “The Mormons, ” Quincy Whig, 2 de marzo de 1839.

[81] Journal History, 5 de marzo de 1839.

[82] Richard E. Bennett, “Quincy — The Home of Our Adoption,” página 92.

[83] Lavina Fielding Anderson, Lucy’s Book, página 695.

[84] Aroet Hale, Autobiography, texto mecanografiado, página 6, Perry Special Collections.

[85] William Cahoon, Autobiography, en “Quincy — A City of Refuge” por Susan Easton Black, página 73 nota 74.

[86] Truman O. Angell Journal, reimpreso en Our Pioneer Heritage, compilado por Kate B. Carter (Salt Lake City: Daughters of Utah Pioneers, 1967), 10:199.

[87] William G. Hartley, My Best for the Kingdom, páginas 91-92.

[88] Richard E. Bennett, “‘Quincy — The Home of Our Adoption,”’ página 101.

[89] David Rogers, Willis Rogers and Elizabeth (Bessie) Ritchie, páginas 230-231.

[90] Los Diarios de William Huntington, página 8; Isaac Leany Petition en Mormon Redress Petitions, por Johnson, página 485.

[91] Larry C. Porter, “Brigham Young and the Twelve,” página 137.

[92] José Smith, History of the Church, 3:322-323.

[93] Wilford Woodruff’s Journal, 1:325.

[94] Larry C. Porter, “Brigham Young and the Twelve,” páginas 141-149.

[95] Wilford Woodruff’s Journal, 1:329.

[96] Historia manuscrita de Brigham Young, Biblioteca de Historia de la Iglesia, página 28.

[97] Los prisioneros en Liberty eran José Smith, Hyrum Smith, Lyman Wight, Alexander McRae y Caleb Baldwin. Sidney Rigdon había sido liberado en enero. En la cárcel de Richmond estaban Parley P. Pratt, Norman Shearer, Darwin Chase, Luman Gibbs, Morris Phelps y King Follet.

[98] Alex Baugh, “‘We Took a Change of Venue for the State of Illinois’: The Gallatin Hearing and the Escape of Joseph Smith and the Mormon Prisoners from Missouri, abril de 1839,” en A City of Refuge, páginas 31-66.

[99] José Smith, History of the Church, 4:17.

[100] Stanley B. Kimball, “The Saint and St. Louis, 1831-1857: An Oasis of Tolerance and Security,” BYU Studies 13 (verano 1973): página 489-519.

[101] Citado en “We Took Our Change of Venue,” de Alex Baugh, página 52.

[102] Véase el Missouri Republican, (St. Louis) 3 de mayo de 1839.

[103] Wilford Woodruff’s Journal, 1:336, anotación del 4 de mayo de 1839.

[104] Donna Toland Smart, Exemplary Elder: The Life and Missionary Diaries of Perrigrine Sessions, 1814-1893 (Provo, UT: BYU Studies y Joseph Fielding Smith Institute for Latter-day Saint History, 2002), página 43.

[105] Wandel Mace Autobiography, páginas 31-32.

[106] Clark W. Johnson, Mormon Redress Petitions, página xix.

[107] Clark W. Johnson, Mormon Redress Petitions, páginas xix-xxvii.

[108] De acuerdo con los cálculos que se encuentran en “Six Ways to Compute the Relative Value of a U.S. Dollar Amount, 1774 to Present,” por Samuel H. Williamson; un dólar en el año 2007 era 22.99 veces el valor de un dólar en el año 1839 basados en los índices de precios al consumidor (Measuring Worth, 2009, http://www.measuringworth.com/calculatior/uscompare).

[109] Clark W. Johnson, Mormon Redress Petitions, páginas xix-xxvii. Este libro contiene copias de las peticiones individuales, así como las de grupos y da explicaciones excelentes acerca de la manera en que se dirige cada una de las peticiones y la forma en que los líderes de la Iglesia las usaron para buscar las indemnizaciones para los miembros.

[110] José Smith, History of the Church, 3:349.

[111] Empezando con este poema, Eliza R. Snow publicó un total de dieciocho poemas en el Quincy Whig durante el período de 1839-1841.

[112] “A Proclamation to the Saints Scattered Abroad—Greeting,” Times and Seasons, 15 de enero de 1841, página 6.

[113] El 10 de febrero de 1989, el alcalde Vern Hagstrom entregó las llaves de la ciudad de Quincy al élder Loren C. Dunn del Primer Quórum de los Setenta y declaró el 15 de febrero como el Día de los Santos de los Últimos para conmemorar que Emma Smith cruzó el congelado Río Mississippi y entró en Quincy. En mayo de ese año la Asociación de Historia Mormona efectuó allí su reunión anual. Una ‘Celebración de la Herencia de Quincy’ se llevó a cabo el 24 de julio de 1999. Más 1,400 descendientes de los mormones exilados en 1839 vinieron a Quincy y vestidos como pioneros, representaron a sus ancestros y cruzaron caminando el Puente Memorial para llegar a Quincy desde Missouri. Luego el 5 y 6 de noviembre de 1999, un Simposio Histórico de Quincy, honró los esfuerzos humanitarios para los Santos que huyeron de Missouri.

[114] “Close Friends as Witnesses: Joseph Smith and the Joseph Knight Families,” en Joseph Smith: The Prophet, the Man, editado por Susan Easton Black y Charles D. Tate hijo, (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1993), páginas 271-284.

[115] De José Smith y otros para Edward Partridge y la Iglesia, 25 de marzo de 1839, en el Times and Seasons, de mayo de 1840, página 102, y en julio de 1840, páginas 131-132. El obispo Partridge sentía que se podía servir mejor a los pobres si se dispersaban en varias comunidades y no se congregaban en un lugar. No estando seguros de cual política apoyar, la conferencia votó en contra de aceptar la oferta de tierra (Journal History, 1 de febrero de 1839).

[116] Truman O. Angell Journal, páginas 199-200.

[117] “Debilitados por la jornada rigurosa a mediados del invierno después de la dolorosa persecución en Missouri, los exilados que acamparon a lo largo del Río Mississippi empezaron a sentir los efectos de las privaciones” en forma tal “casi todas las familias sucumbieron a la malaria y otras fiebres” (Ivan J. Barrett, Joseph Smith and the Restoration [Provo, UT: BYU Press, 1973), página 439.

[118] Dean R. Simmerman, I Knew the Prophets: An Analysis of the Letters of Benjamin F. Johnson to George F. Gibbs Reporting Doctrinal Views of Joseph Smith and Brigham Young (Bountiful, UT.: Horizon, 1976), páginas 10-11.

[119] La petición de Henry Jackson, en Mormon Redress Petitions por Clark W. Johnson, página 247.

[120] La petición de Levi W. Hancock, en Mormon Redress Petitions por Clark W. Johnson, página 225.

[121] The Mosiah Hancock Journal, página 12.

[122] La petición de James Galligher, en Mormon Redress Petitions por Clark W. Johnson, página 218.

[123] Butler denunció la dureza de corazón que los de Missouri tuvieron para su esposa e hijos y para las autoridades de la Iglesia. Él escribió: “Tales almas tendrán que sufrir por el maltrato a los Santos,” y agregó “no deben pensar que podrán escapar, porque el Señor es justo y Él castigará a quienes maltrataron a Sus hijos” (My Best for the Kingdom, por William G. Hartley, página 89).

[124] Lamar C. Berret y otros, Sacred Places: Missouri, páginas 329, 402, 411.

[125] Una fotocopia de la orden fue presentada el 25 de junio de 1976, una copia de ella obra en los archivos del autor; véase también una transcripción en la página 4 del periódico LDS Church News del 3 de julio de 1976.

[126] William G. Hartley “How Shall I Gather?” Ensign, octubre de 1997, páginas 5-17.